
No es exagerado llamar a éste uno de los mejores poemas de amor jamás escritos. Nació de la pluma de Juan de la Cruz, quien vivió de 1549 a 1591 y después fue llamado santo.
El poema se basa en el Cantar de los Cantares bíblico. Tiene una lectura mística, es decir, la que trata sobre «el ejercicio de amor entre el alma y el esposo, Cristo», pero también se le puede leer paganamente, como un ruego de amor mundano. En cualquier caso, su sonoridad y plasticidad son inmejorables, como en el tartamudeo del «un no sé qué que quedan balbuciendo».
Este #MiércolesDePoesía se desborda con este fragmento del «Cántico Espiritual», en el que habla la esposa.
«¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.
[…]
¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero
que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan;
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.
[…]
¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?
Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y solo para ti quiero tenellos.
¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!».
Da click aquí para ir a la entrada La noche oscura del alma, también sobre Juan de la Cruz.
El Cantar de los cantares tal vez sea el libro más bello de los que componen la Biblia. Mejor dicho: nada de «tal vez»; es el mejor libro de la Biblia y punto.
Desconocía el poema de Juan y es evidente en él la fuente (al menos hasta donde tus citas nos permiten compararlo); pero no por ello es menos bello o evocador.
Abrazos.
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Uy, querido, en mi atuendo de pitonisa anticipo que vas a tener más de un round amoroso con Juan de la Cruz y todo lo que es su Cántico Espiritual (justo este poema). De verdad no tiene desperdicio, cuando puedas darte un tiempo sé que no lo vas a poder soltar.
Otros.
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Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.
¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!
También del Cántico espiritual.
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Te digo, feliz de la vida hubiera citado el poema completo, lástima que la dinámica del blog no lo permita. Gracias por citar esos versos, Gonzalo.
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Es comprensible, por eso tampoco lo he colgado yo entero en el comentario. 😉
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=)
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Tremendo poema (y pintura que lo acompaña)… En reciprocidad y de manera recíproca dejo algo de Jorge Manrique…Ü
I
Yo soy quien libre me vi,
yo, quien pudiera olvidaros:
yo soy el que, por amaros,
estoy, desque os conocí,
sin Dios y sin vos y mí.
II
Sin Dios, porque en vos adoro:
sin vos, pues no me queréis;
pues sin mí, ya está de coro
que vos sois quien me tenéis.
Así que triste nací,
pues que pudiera olvidaros
yo soy el que por amaros
estoy, desque os conocí,
sin Dios y sin vos y mí.
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Gracias, Carlos, por compartir el espléndido poema de Manrique, quien sólo es recordado por las Coplas a la muerte de su padre preo tiene muchos otros textos de primera, éste, entre ellos. Vaya que resultó fecundo en la época el tema de «vivir sin vivir».
Un abrazo.
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