Andar una ciudad para narrarla. O narrarla primero y confirmarla con los pasos que se dan. O desandarla a golpe de ficción. O erigirla con palabras, aunque no exista, pero ya existe desde que el escritor le hizo un edificio verbal. Me encantan las muchas posibilidades narrativas de las ciudades. Y también amo la literatura de viajes,Sigue leyendo «La paciencia de construir una ciudad con palabras: Fabio Morábito»