La pasión de Octavio Paz por la cultura japonesa lo llevó a hacer, junto con Eikichi Hayashiya, la primera versión occidental del libro Oku no hosomichi o Sendas de Oku, publicado en 1957. Se trata del volumen de Matsuo Basho, el poeta más conocido de ese país, el que «todos los japoneses conocen desde la primaria y muchos tienen como libro de cabecera, oráculo manual, fuente de inspiración, guía de viaje, ejemplo de caligrafía y modelo de estilo», dice Aurelio Asiain en Japón en Octavio Paz (Fondo de Cultura Económica).
El libro es en realidad el diario del viaje de cinco meses que hicieron, en 1689, Basho y un discípulo. Fueron al noreste del país y en el camino se encontraron con colegas, con quienes escribieron cadenas de poemas. El libro, escrito en prosa y salpicado de pequeños poemas, plantea el viaje como medio de creación, a partir de dos ideas:
- la poesía no es un género literario, sino una forma de conocimiento y una profesión de fe;
- esa fe y ese conocimiento sólo pueden realizarse cabalmente a través de la exploración del mundo y el encuentro con los otros.
Así, los poemas de Basho son cotidianos. Hablan del sol, de la lluvia, de la montaña, de la gente común. Significan mucho diciendo lo mínimo, además de dar total preponderancia tanto a la imagen visual como a la sorpresa. Este #MiércolesDePoesía, mientras estoy a horas de pasearme por Tokio y llenarme los oídos de esa lengua como de lluvia, dejo aquí tres de mis poemas favoritos de Basho, en traducción de Paz:
Este camino
nadie ya lo recorre
salvo el crepúsculo.
**
Caído en el viaje:
mis sueños en el llano
dan vueltas y vueltas.
**
Un viejo estanque:
salta una rana ¡zas!
chapalateo.
a
No sabía del legal e de Octavio Paz con Japón. ¿Estamos seguros que no usó Google transistor y luego acomodó? Hay quien lo hace. Sayonara.
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El corrector automático ataca de nuevo. «No sabía del lazo…».
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No, seguro que Paz no usó al señor Google. Vivió en Japón y tuvo una larga relación con la cultura nipona.
Besos
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sí, hay una diferencia entre el haiku y el basho, es algo de la temática pero no me acuerdo… tú sabes?…
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Ups, creo que hay una confusión, querido amigo. Basho es el apellido del escritor Matsuo Bashi, mientras el Haikú es la forma poética que consta de tres versos, de 5, 7 y 5 sílabas, un total de 17 silabas. De origen formaba parte de un poema mayor, llamado tanka, que al final añadía dos versos, cada uno de siete silabas. Un conjunto de tanka, es decir, poemas en serie, se llamaba renga. Basho no inventó el Haikú, sólo lo perfeccionó y lo convirtió en la forma más acabada de búsqueda del instante poético, de la exclamación y la meditación. Espero haber sido clara.
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muy clara… entonces no era basho a lo que me refería… sé que tiene que ver con el haiku y la diferencia está en la temática pero la verdad, ya no me acuerdo y el sitio al que podría ir a aclarar la duda ya no existe… los haikus son hermosos, verdad?… cuántas cosas hermosas le ha legado a la humanidad la cultura japonesa?… gracias por tu aclaración para mi desorientada ignorancia…
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Decía Octavio Paz que Japón enseñó al mundo a sentir. No a pensar, a sentir. La sensibilidad aquí es una ricura.
Un abrazo, querido
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Exquisitos. Coincidimos en el gusto sobre todo el primero, Espero que tomes muchas notas con todos los sentidos y nos los entregues con tu prosa, besos y rosas.
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En eso estoy, querido, llenándome de experiencias, sonidos, paisajes.
Un abrazo fuerte
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Tu entrada es un poema en sí mismo. Desde la imagen hasta el tema y, por supuesto, la exposición. Un poema o un metapoema, lo que sea, pero es algo especial, de eso no me cabe la menor duda. Los dos puntos que destaca Basho como partes fundamentales de la creación son perfectos (son, jugando con la idea anterior: poéticos). Alguien podría decir que el punto dos lo aplaudo porque se me hace personal en grado sumo, y algo de eso hay; pero la verdad es levemente diferente: el punto dos es algo que he descubierto en este último tiempo y, por lo tanto, es un punto al que adhiero por lógico, sólido y, por sobre todo, por haberlo probado empíricamente. Supongo (sé) que este viaje será muy diferente a todos cuantos has realizado; y ya nos volverás a sorprender cuando nos cuentes tus aventuras y apreciaciones.
Cariños.
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Digamos que has expuesto el punto dos con otras palabras, que lo has vivido a fondo por un año ya y los has compartido en textos e imágenes deliciosas. Sabía que te gustaría y que en especial te resonaría.
Un abrazo enorme
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