En el encierro brama el toro de Miura./
Se le eriza el lomo ante tu olor,/
anticipo de sangre que espumea./
Retumban los cascos irritados,/
la cornamenta hiere el aire/
y busca el traje de tus ansias.//
Hembra elegida, te plantas en el ruedo:/
comienza la faena./
Bufando, te evalúa y te provoca,/
persigue el ángulo fatal./
Cada lance aumenta su deseo./
Hilos de saliva, salpicando sudor/
te rasga el costado:/
saborea tu carne imaginada.//
En un giro le hundes la espada,/
hasta la empuñadura la encajas./
Con júbilo vencido,/
entornando los ojos,/
el Miura celebra tu victoria/
que es la suya.//
-Julia Santibáñez
Vaya, qué buen poema. ¿Y por qué no está firmado, acaso eres responsable de esas palabras? Qué joyita. La intensidad a flor de piel. Muy buen sitio me encontré.
Beso
Oso
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Sí, me responsabilizo de esas palabras, querido Oso. No firmé el poema porque todo lo que aparece en el blog lo he escrito yo, así que no veo la necesidad de insistir en ello. Celebro que te gustara.
Dos,
J
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