Darte justicia con el cuerpo

Pintura: Adán y Eva, Tamara de Lempicka
Pintura: Adán y Eva, Tamara de Lempicka
Llega otro #MiércolesDePoesía, buena excusa para compartir versos que se quedan resonando en la cabeza y la emoción, como estos del español Antonio Gamoneda, de una suavidad que se unta en los labios:
«Mi manera de amarte es sencilla:/
te aprieto a mí/
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón/
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.//
Cuando revuelvo tus cabellos/
algo hermoso se forma entre mis manos.//
Y casi no sé más. Yo sólo aspiro/
a estar contigo en paz y a estar en paz/
con un deber desconocido/
que a veces pesa también en mi corazón».

-Antonio Gamoneda, «Amor», Blues castellano

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

12 comentarios sobre “Darte justicia con el cuerpo

  1. «Dar justicia con el cuerpo» qué hermoso no? De alguna manera cuando amamos intentamos desplegar nuestra paz en el otro, y eso es la justicia, pacificar. Me encanta Lempicka y me encantan los miércoles de poesía. Besos preciosa!!

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    1. Me pregunto qué sería de nosotros sin los #MiércolesDePoesía, querida!! Y sí, el concepto de «dar justicia» es precioso: amar, dar, recompensar, transmitir paz, aquietar el ruido son justo sinónimos del encuentro de dos que se quieren.
      Muchos besos, queridísima

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  2. Darte justicia con el cuerpo. Pié para muchas respuestas. Se me ocurre en primera instancia, que muchas veces no hacemos justicia con nuestro propio cuerpo. Lo maltratamos, con mala alimentación, con esfuerzos inútiles e improductivos, no lo cuidamos, le damos drogas, tabaco, alcohol, altos volúmenes de música estridente, mal uso para hacer el amor y disfrutar de ello. Después pienso, en lo injusto que somos con los cuerpos de los demás. Los prejuzgamos por su obesidad o delgadez, esbeltez, por ser robusto o débil, arrugado o terso. Separamos cuerpo y espíritu, que son sólo uno, una unidad indivisible. No hacemos uso cariñoso de él, sino que lo vejamos, lo apropiamos como un objeto, no tenemos capacidad de disfrutarlo. Hagamos justicia, y de esa forma, como dice el poema, estaremos en paz y brindaremos paz con un deber desconocido.
    Besos Julia

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    1. Interesante lo que comentas, Raúl. Por un lado está la justicia con el propio cuerpo, luego con el de los demás y también la «justicia» de la entrega de pareja, la que implica un dar y recibir a manos llenas, sin medir pero sí sabiendo que al final seremos retribuidos. Si pudiéramos dedicar nuestras energías a estos tres tipos de justicia probablemente el mundo sería mejor. O, de perdida, más feliz. Además, si nos enfocáramos en ello seguro no tendríamos tiempo de estar violentando a los demás, robándoles, haciéndoles daño. Ya ves, cuánta hondura en un breve poema «sin mayores implicaciones».
      Gracias, un abrazo

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  3. ¡Hola de nuevo!
    Es interesante ver la cantidad de lecturas que se desprenden de un poema, de un texto. A este señor que escribe le asaltó el verso «a estar contigo en paz y a estar en paz», cuestión crucial —es más, vital— para toda relación. En fin.
    Saludos, Danioska.

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    1. Me encanta atestiguar el abanico de posibilidades que, como bien apuntas, disparan unos versos «sencillos». Lo que anotas por supuesto que suma: ese «estar en paz» con uno mismo y con la persona amada, ¿a qué más se puede aspirar?
      Abrazo

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  4. Me sumo a la mayoría que se sintió atraído por el verso (o la idea) que titula la entrada. Es, también, la misma idea del otro día, D.; el amor y la justicia como las dos caras de una misma moneda.

    Cariños.

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