Entre sábanas, un cuerpo se vuelve varios, habla lenguas desconocidas, se agiganta y tornasola. Por eso el sexo produce escalofríos: es un ir a contracorriente del mundo, un asomarse a tierras vírgenes donde crece el misterio. Por eso mismo es sagrado, porque representa nuestra sola posibilidad de rozar lo divino. «Mis manos/ abren las cortinasSigue leyendo «Los muchos cuerpos del cuerpo»