
Es un fantasma demente que no me deja dormir. Y estoy feliz.
Una y media de la mañana. Estoy en mi cama (adentro, no encima: es pertinente la exacta preposición) y él está conmigo. No me puedo dormir. Otra vez cometí la estupidez de ponerme a leer, a las 11:30 p.m., «un par de páginas» antes de apagar la luz. Dos horas después, el par se ha convertido en 94 páginas saboreadas y sabroseadas. Y también en la urgencia de escribir algo, lo que sea.
Pocas cosas me emocionan tanto como toparme de frente con un escritor indispensable. Uno que sin ritual de por medio se inscribe en mi panteón personal (pan-teón en su sentido primero: templo dedicado a los dioses). En otro momento investigaré más sobre este autor raro, del que sólo había leído el espléndido cuento «Ragú de ternera», incluido en la antología Ciudad fantasma, preparada por Bernardo Esquinca y Vicente Quirarte (Almadía). De momento baste aportar sus generales: de seudónimo Francisco Tario, mexicano, 1911-1977, amigo de Paz pero huidizo de la fama literaria, oscuro por voluntad, hizo protagonistas de sus cuentos a los ataúdes, los fantasmas, los desquiciados, los malditos y las gallinas (en especial, las asesinas). Estoy leyendo Cuentos, volumen I de sus Obras completas (Fondo de Cultura Económica, 2015). Me lo regaló mi muy querido amigo José Luis Enciso, escritor, responsable de actividades culturales del FCE y lector ávido. No se imagina (o sí) cuánto le agradezco que me compartiera esto que deslumbra. Y no sólo por la narrativa impecable, con guiños a Allan Poe, Horacio Quiroga, el Conde de Maldoror, Max Aub y hasta Kafka y Borges, sino también por el lenguaje preciso, puntual y rico (de riqueza y de suculencia). Tario es maestro en crear imágenes poderosas, además de manejar los adjetivos y las esdrújulas como si nada.
El libro La noche (1943) reunió sus primeros cuentos, entre los que está «La noche del loco». Lo acabo de leer por segunda vez. Es redondito. Cabal. Genial. Arranca presentando a un tipo que más de cien veces en la última semana ha repetido: «Señorita, ¿quiere usted cenar conmigo?». Y las mismas cien, ellas se han negado. «Incluso se lo he propuesto a esas nodrizas robustas que van a flirtear con los soldados a los parques, tirando de un cochecito con toldo, en cuyo interior se vomita un bebé». Él no se explica el rechazo. Alto, un poco seco, elegante, siempre va vestido de negro y se muda de ropa interior «seis u ocho veces diarias». Tratando de entender la negativa femenina, de pronto se ilumina: «Todas las mujeres tienen su hombre. ¡Todas, todas! He nacido demasiado tarde y ya no hay un corazón disponible». Entonces, tras una breve plática con un desconocido, piensa: «¿Y si lo matara? ¡Su mujer quedaría libre entonces!». En vez de ello, visita el cementerio. «¡Ahora voy a tener mujercita y esto es espléndido! ¡No moverá mucho su cuerpecito porque está muerta, pero al menos podremos retratarnos! Si está demasiado rígida, la aceitaremos. Si su ropa se halla deteriorada, la vestiremos adecuadamente. Si está muy pálida, muy pálida, le untaremos de carmín las mejillas… Y yo me sentaré en sus rodillitas desnudas y le pasaré un brazo por su hombro, y ella me mirará con sus pobrecitos ojos quietos a mis ojos grises y sin gafas». Aunque se me antoja muchísimo contar el resto del cuento, por magistral, evitaré violar la sorpresa de este cuentazo. Aquí abajo lo puedes leer, sin costo.
Tario es un maldito loco. Un fantasma demente que se metió en mi cama, me cuenta historias y no me deja dormir. Estoy feliz.
Da click aquí para leer gratis «La noche del loco».
Da click aquí para oír dos cuentos de Tario: «La noche del féretro» y «La noche del traje gris».
Da click aquí para leer tres cuentos de Tario, entre ellos «Ragú de ternera».

Podría haber pensado que para cada hombre hay una mujer, no será la que desea pero al menos no incluye asesinato ni necrofilia ¡Excelente! Me ha encantado, profundo y complicado. Saludos, Scarlet
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El cuento es fantástico en verdad. Y ese humor negro de Tario me tiene loca.
Gracias por pasar y sobre todo por comentar.
Saludos
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Gracias ti por traerlo, si lo lo hubieses traído… Leerlo me encantó. Sus imagenes literarias animan reflexiones y en cuanto al humor negro, es un signo de inteligencia. Saludos
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Fue un tipo genial (o es, con eso de que es fantasmal, capaz que sigue por aquí).
Saludos y buen día
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Lean este estupendo apunte de la obra de Tario: me gusta porque no es un análisis pretencioso desde el punto de vista de la crítica, sino que surge desde la honestidad lectora que da cuenta de un asombro genuino.
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Muy bueno. Lúgubre, inquietante y divertido. Me haré con algo suyo para leer en cuanto termine lo que estoy leyendo, o al menos éste volumen. Gracias de nuevo por compartir tu entusiasmo por la lectura de calidad.
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Espero te guste tanto como a mí, querido!
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Gracias , Julia, leeremos a tu fantasma 😊.
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Esto es saber colocar adecuadamente las letras en su sitio.
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Señora, como sus palabras, en estos temas, son órdenes, pasaré a dejar mi parecer en cuanto haya leído esos cuentos. Sabrá disculpar el hecho de que mi reloj marche a tiempos más lentos por estos días.
Hasta pronto.
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Deseo, muy señor mío, que Tario y usted traben amistad, intercambien afectos. Espero deshojando la margarita (que no, a Margarita).
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