Al son que me toquen bailo (si me lo tocan bien)

Este texto mío, sobre la delgadísima línea entre danza y sexo, acaba de salir publicado en el fanzín de danza El lago de los chismes, el mismo que presume: «plagiamos la tipografía de publicaciones importantes, plagiamos los derechos de licitud, plagiamos el copyright y la marca registrada». Me invitó a participar José Eugenio Sánchez, poeta que sabe comoSigue leyendo «Al son que me toquen bailo (si me lo tocan bien)»

El Dios en el que puedo creer (Crónicas desde Turquía 8)

Aquí sentada, viendo a los derviches danzantes, se me mueve la fe como no me imaginé jamás. El suyo es un ritual de la rama sufí, es decir, la corriente mística, filosófica y poética del Islam, en la que los creyentes se acercan a Dios a partir de un baile de vueltas interminables que los lleva aSigue leyendo «El Dios en el que puedo creer (Crónicas desde Turquía 8)»

Oda a los pies (aunque tengan callos)

No se me hubiera ocurrido agradecer así a este par mío que padece callos y juanetes, pero una exbailarina a quien admiro lo hizo y se lo copio. Ella, Solange, se refiere a su carrera. Yo lo comparto desde mi vida diaria: «[mis pies] fueron mi alfabeto, mi voz. Hablaron por mí y por todosSigue leyendo «Oda a los pies (aunque tengan callos)»

Lo que nadie me puede arrebatar

Fue mi ídolo, quise imitarla y un día la conocí en persona. Era bailarina de la compañía de danza contemporánea Ballet Teatro del Espacio (BTE). Yo, adolescente, amaba la danza y era aspirante a bailarina. Estudiaba dos horas diarias de ballet y danza; muchos sábados iba a funciones dancísticas y sí, muchas veces a verSigue leyendo «Lo que nadie me puede arrebatar»