Fui al cine a ver Birdman, comedia negra del director mexicano Alejandro González Inárritu. Es una verdadera joya en todos los planos, en fondo y forma inteligente, divertida, crítica, genial. Trata sobre Riggan Thomson (Michael Keaton), un actor maduro que vio años de gloria gracias a las cintas sobre el superhéroe Birdman, y busca volver a colocarse al montar en Broadway una obra basada en un cuento de Raymond Carver. La actuación de Keaton se vuela todas las bardas, lo mismo que la de Edward Norton. El resto del elenco está muy bien, pero estos dos no tienen nombre. Destaco dos de los muchos aciertos de la cinta:
1. La música, a cargo del también mexicano Antonio Sánchez, es una enloquecida pieza de batería que de veras vale la pena y pone el acento donde tiene que ponerlo (el tipo tocó con Pat Metheny, por si el dato le añade a alguien las ganas de oírlo).
2. La fotografía corre a cargo de Emmanuel Lubezki, Oscareado maestro (por Gravity) del tema, dupla creativa de González Inárritu y quien sabe cómo hacer volar la pantalla. Toda la película, de dos horas de duración, está tomada en planos secuencia (tomas sin cortes en las que la cámara «sigue» a los actores), lo que significa un desafío tremendo. Además, la cinta fue filmada en menos de un mes. «Estaba aterrado, pero pensé que si después de tantos años no hacía algo que me aterrara, significaría que estaba muerto», dijo Iñárritu en Venecia.
Y de aquí se desprende lo que más me gustó a nivel de contenido: la exploración del miedo vital como fuerza (o no), como decisivo empuje para plantarse de cara a la vida o para huir de ella. En uno de los diálogos de la cinta, la joven Sam (Emma Stone, excelente en su papel) le pregunta al guapo Mike (Norton): «¿Qué me harías si no tuvieras miedo?». Aunque la respuesta es fantástica, no la cito por evitar un spoiler, pero con la pregunta dejo sentado el punto. Y en otro momento la deslumbrante Sam le dice al protagonista: «Haces todo esto porque te mueres de miedo, tanto como todos nosotros, de no ser importante. ¿Y sabes qué? Tienes razón, no lo eres». Encima de todo, Birdman deja esa inquietud colgando de los dedos: uno cree que escribe, actúa o hace arte por razones estéticas, pero el verdadero motivo es el miedo, las ganas de sentirse relevante, aunque en el fondo uno sabe que no lo es. Vaya desnudamiento del alma. Me quedo pensando: ¿qué haría si no tuviera ese miedo?
Fabulosa reflexión, Julia. Increíble la película y me quedo con lo asombroso de los planos secuencia. Simplemente no lo podía creer.
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Sí, la película es realmente asombrosa tanto en forma como en fondo.
Un abrazo fuerte
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Ay caray qué buena pinta, esta me la apunto. Y eso que el actor principal no es de mis señalados para ver en el cine…
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Si la ves, cuéntame qué te pareció. En cualquier caso, te fascine o la odies, creo que no puede dejarte indiferente.
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En cuanto a la pregunta final, en mi caso creo que el miedo me cuida de hacer muchas tonterías. Lamentablemente, suelo ser valiente en los momentos menos adecuados y no suelo arrepentirme cuando me quedo agazapado (no tanto como cuando salgo a pecho descubierto estando la batalla perdida). Tengo que ver la peli para una contestación más enfocada a lo que verdaderamente estarás preguntando.
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Eso que dices es precioso: «no suelo arrepentirme cuando me quedo agazapado». Suele haber una sobrevaloración del valor, del arrojo, cuando también la cobardía tiene sus méritos y ganancias. Los héroes aplaudidos son siempre los que se lanzan a la guerra, pero también los que se quedan en la trinchera tienen una historia que contar. No sabes cuánto me enriquece tu comentario y cuánto sentido hace a la luz de la cinta. Ya me contarás.
Abrazos
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Cualquiera diría que con eso tan bonito que acabas de escribirme me has envalentonado y por eso añado una opinión al respecto de Charles Bukowski, a quién se le ocurre (en realidad tú me lo has recordado): «el hombre valiente carece de imaginación. la cobardía suele deberse a la falta de una dieta adecuada». Un abrazo.
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Olé!
Abrazos envalentonados
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¡Hola, Danioska!
El miedo como motor. Enfrentar al miedo. ¡Revelador! ¿A qué le tengo miedo? A mí mismo. Por eso escribo, para evadirme de mí mismo.
¡Un abrazo!
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Pasa, sí, tanto como tenerle miedo al miedo. El arte a veces opera como exorcista, pero otras te confronta con lo que más te atemoriza: tu propia imagen una y otra vez.
Abrazos
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Danioska, amigos blogueros: quiero sumarme a los comentarios sobre Birdman para crear (espero) un poco de debate acerca de esta película que, debo ser sincera, no me gustó ni un poco. Salí del cine, y sólo le dediqué algunos pensamientos porque acababa de verla, pero tres días después no me acordaba de ningún personaje, ni de la historia. No me conmovió. El Iñarritú de Birdman no es el Iñarritú de Amores Perros. Siento que con Birdman, quiso «quedar bien» con la industria a la que ahora sirve. Y esa misma industria, como «rito de paso» a su élite, le dio su tan anhelado ÓSCAR. No digo que su trabajo como cineasta sea de mala calidad, lo que me parece triste (y esto lo dicen varios críticos de cine a propósito de la premiada película) es que se repita la fórmula eterna en que los mexicanos tengamos que vivir a expensas de los estándares (cinematográficos, políticos, económicos, etc.) de un país como Estados Unidos.
Bueno, no quiero azotarme con tanto rollo. Dejo la reflexión y, con ella, me estreno en este blog que, por otra parte, me parece maravilloso. Gracias, Danioska, por regalarnos tantas palabras y tantos pensamientos. Una palabra bella es la más sublime de las caricias. Así que gracias por los dulces abrazos.
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Muchas gracias por pasar, Elizabeth, y por poner tu opinión sobre la mesa. Birdman es de las obras que creo que no deja indiferente a nadie, en general me he topado con opiniones intensas en torno a ella. Tengo amigos cercanos que la odiaron, pero a mí me fascinó por el riesgo de que esté hecha en plano secuencia y funcione, por las historias que engarza (que tocan temas humanos universales, como el miedo, la soledad y el deseo de éxito), por las actuaciones, por la espléndida fotografía. Coincido contigo en que la película no es «mexicana», es decir, tiene un discurso, en fondo y forma, que no se identifica con el cine nacional, pero eso no me parece criticable. Inárritu lleva muchos años trabajando con recursos de EUA, porque en México había llegado hasta donde podía llegar de manera que, entiendo, optó por saltar para el cine de allá, con virtudes y defectos. En fin, por Fortuna en cuestiones de arte nadie tiene LA verdad, no tenemos que estar de acuerdo: se trata de verlo/sentirlo, opinar y nada más.
Agradezco muchísimo tus palabras. Eres muy bienvenida a este espacio, celebro que te guste y te lleves algo a casa cuando pasas por aquí y, sobre todo, que te unas a la comunidad de palabrasaflordepiel. Te aseguro que los comentarios y la participación de los miembros de la comunidad son el verdadero valor del blog.
Un abrazo (sí, de palabras).
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Danioska querida, muchas gracias por responder a mi catarsis. Tenía muchos días pensando en esto, así que me llena de serenidad que alguien escuche (siquiera algunos trozos) la revolución mental de mi cabeza. Te mando abrazotes! Por aquí andaremos…
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Entiendo, me ha pasado mil veces. Pues aquí está este diván, cuando necesites ya sabes que puedes pasar.
Un abrazo
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