Antes que nada pido disculpas por los varios días sin posteos en el blog. He estado muy atareada con varias cosas y mi cabeza anda en otro planeta (ya de por sí…).
De hecho, dada la carga de trabajo y de proyectos personales tendré que espaciar las entradas en el blog a dos o tres por semana: los miércoles de poesía y uno o dos días al azar. Espero que de todas formas encuentres por aquí letras que valgan la pena.
Y para celebrar este lunes, que en México es feriado, aquí va un cartón de Tute, favorito de la casa, para celebrar que el amor tiene muchos nombres y hay más árboles que vida. Yo, en lo personal, no sé entenderme sin amores, como ahora mismo, como hoy, amores hasta el tope.
Eché a perder un poema largo, el que me iba a consagrar en las alturas más altas del Parnaso mexicano. No guardé copia de la versión previa, la que iba cuajando bien, como gelatina que se respeta.
Si tuviera sentido del humor me reiría. Me parece más digno proclamar que a partir de ahora mis hordas de lectores no deben esperar más que endechas (y sirve que con la palabrita sueno culta).
Pero claro, cuánta sabiduría la del argentino Tute. Asumo mi edad porque no me visto de adolescenta (la falda de colegiala precoz no cuenta) ni quiero salir de fiesta con los amigos de mi hija (me aburrí cuando lo hice) ni me enamoro como una idiota (Ok, sí) ni quiero que un adulto se haga cargo de mi vida (sería tan lindo).
Mis destellos de madurez, con lo infrecuentes, no implican que vaya por la vida con el acta de nacimiento pegada en la frente. Una cosa es ser patriota y otra, ser idiota. Se quedan todos con la duda.
Que venga o no el señor de alba sotana me da igual, cada quién sus manías. Lo que me parece hermoso es que en este México como de jardín de niños, los políticos aprovechen la ocasión para jugar a las escondidillas con detallitos como pobreza, migrantes y feminicidos, y esperen para ponerse a salvo con el “1, 2, 3 por mí y por todos mis compañeros” ante el famoso argentino que (éste sí) se cree Dios.
Difícil, elegir un cartón para este #LunesDeHumor. Ante el terrorismo, cada uno jala para su lado y descalifica la opinión ajena porque, justamente, comete el pecado de ser ajena. Están los que se pintan la cara tricolor y los que los critican; los que piden rezar por París y los que dicen que primero hay que rezar por los muertos no europeos (y, un poco más allá, los que dicen que no hay que rezar); los que piden a su Dios que intervenga contra los del Dios de la acera de enfrente. En todo caso, nadie aplaude la violencia, al menos no públicamente. Lo haría ver a uno tan mal, aunque en el altar particular prenda cirios a Nuestro Señor de la Intolerancia.
Me interesa tratar de resumir el fondo de las posturas confrontadas, con ánimo de complicarme la vida. Resulta en: el discurso de la violencia de ISIS es condenable en todos los idiomas, pero igualmente loes el ataque occidental contra civiles, las masacres cotidianas en África, Medio Oriente y Latinoamérica, gran cantidad de ellas responsabilidad de países del Primer Mundo. No me parece que sean opiniones autoexcluyentes salvo si se quiere simplificar el tema. La objetividad no existe, cada uno cargamos con nuestra parcela de subjetividad, pero para acercarnos un poco a la verdad resulta útil ver qué parte nos toca de la responsabilidad que le echamos al otro. Porque sí, en lo público igual que en lo privado todos solemos estar de acuerdo en que las culpas son compartidas, siempre y cuando eso involucre únicamente a los demás. Faltaba más.
Para empezar la semana, va este cartón que me dedicó mi amigo, el argentino Tute, sabedor de que a mí eso de los “para siempres” generalmente no se me da. Es más, tampoco se me da particularmente: o me das toda tu vida, desde el día del nacimiento, o nada. Por eso, mejor vámonos relajando…
El argentino Tute se me ha convertido en una especie de vicio. Disfruto una enormidad su humor brillante, de líneas limpias e ideas sin paja, como este cartón que recibe el #LunesDeMonos. Porque sí, que alguien diga que no existe el hipo existencial, igual de testarudo que el hipo diafragmático y en particular recurrente el primer día de la semana.
Este extraordinario cartón de Tute me parece ciertísimo y me deja pensando mucho, tanto que estoy a punto de llegar a conclusiones interesantes y profundas, pero ellas corren más rápido que yo. Lo siento.
Hace tiempo subí esta genial tira del argentino Tute. Ahora que Nélida me lo menciona vuelvo a él y en su página webencuentro estos dos cartones, relativos a la presunción que rodea las Ferias del libro y a la relación autor-editor. Es realmente bueno, perfecto para aceitar de humor una semana que arranca. #LunesDeMonos