Andrés Neuman está presentando en México la antología Vendaval de bolsillo (Editorial Almadía), que incluye el demoledor “Necesidad del canto”. Dedicado al poeta bosnio Izet Sarajlic (quien tras perder hermanos y esposa en el cerco de Sarajevo dijo que sólo quería escribir poemas amorosos), el texto de Neuman afirma que la poesía no es un lujo. Hace bien recordarlo en el momento que hoy atraviesa México:
“[…] ¿cómo escribir después del exterminio?
Los muertos por desgracia ya no leen.
Para los que vivimos todavía,
entender la poesía como un lujo
nos condena a vivir más desalmados
y al arte a cantar culpa. La palabra
no es un gesto apacible de verano,
igual que una semilla atravesando el hielo
el dolor nos empuja a preguntar […]”.
Con la mínima autoridad que me da ser insaciable lectora de poesía, celebro varios poemas del libro pero mi favorito es éste, que además de hermoso resulta terriblemente oportuno.
Al terminar la presentación, Andrés firma libros y se enreda en romances de unos segundos. Luego, un pequeño grupo de amigos vamos con él a tomar algo en un restaurante yucateco. Somos autores, periodistas, gente ligada a los libros, así que nos queremos con palabras entre sabores y texturas de vino, pan de cazón (“¿Seguros de que no pica?”), panuchos, cervezas. Andrés está cansado después de días de promoción pero se ríe extensamente, con esa carcajada suya que chisporrotea.
Mientras platicamos sobre las diferencias entre editar narrativa y poesía, dice que en ambos casos agradece el trabajo de un buen editor, uno que le permita ver la obra con cierta distancia y quitar lo que está de más. Luego se pone temerario: “A todo poema le sobra un verso. Si se lo quitas gana fuerza, se hace más sugerente. El asunto es saber cuál quitar”. Me deja con ganas de revisar mis poemas favoritos y pensar qué verso podría borrarles para hacerlos mejores. Estos encierran mundos, seguro nunca los eliminaría ni de “Necesidad del canto” de Neuman, ni del texto original de Sarajlic:
«[…] un poeta, dijiste, es quien consigue
pese a todo empezar de cero siempre”.
(Originalmente publicado en mi blog Deli(b)rios, en el sitio web de la revista SoHo)
Gracias por compartir el consejo. Me ha recordado haber leído que los haiku surgieron cuando los autores del género conocido como tanka (5/7/5 7/7) se dieron cuenta que los tres primeros versos de sus obras tenían voz propia. Un abrazo, Danioska.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No lo sabía pero gracias por compartir, es exactamente el mismo concepto. El propio Neuman tiene varios haikús buenos, quizá de ahí tomó el concepto.
Abrazps
Me gustaMe gusta
Pica y pica todo!
En un proyecto de libro que tengo empezado y que no sé cuando saldrá a la luz, me pregunto y pregunto ¿cómo se escribe el dolor? ¿se puede escribir el dolor?
La vida atravesada por la herida, y nosotros intentando aferrarnos a un naufragio de palabras.
Celebro tu encuentro y esa pequeña conspiración de palabreros.
abrazote
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es una pregunta enorme esa que propones: cómo se escribe el dolor? No sé si haya una respuesta pero sí varias aproximaciones.
Un abrazo cargado de cariño
Me gustaMe gusta
No lo he leído todavía. Tus comentarios y los versos que has puesto en el post han despertado mi sed lectora. Me gusta la poesía de Andrés Neuman.
https://metaforadeungrito.wordpress.com/2015/06/10/no-se-por-que-y-patio-de-locos-andres-neuman/
Un abrazo desde España
Me gustaMe gusta