
Cuando uno tiene problemas de insomnio, lo mejor que puede hacer es dedicar las horas blancas a los libros. Anoche mi sueño y yo estuvimos descoordinados, así que entre otras cosas leí este poema del español Antonio Gala, sobre un amante que se queda dormido en brazos de quien lo besa. Ahora, ya despierta para arrancar el día, me sigue pareciendo un insomnio hermoso.
«Mientras yo te besaba
te dormiste en mis brazos.
No lo olvidaré nunca.
Asomaban tus dientes
entre los labios:
fríos, distantes, otros.
Ya te habías ido.
Debajo de mi cuerpo seguía el tuyo,
y tu boca debajo de mi boca.
Pero tú navegabas
por mares silenciosos en los que yo no estaba.
Inmóvil y en silencio
nadabas alejándote
acaso para siempre.
Te abandoné en la orilla de tus sueños.
Con mi carne aún caliente
volví a mi sitio:
también yo mío ya, distante, otro.
Recuperé el disfraz sobre la arena.
«Adiós», te dije,
y entré en mi propio sueño,
mi propio sueño,
en el que tú no habitas».
-Antonio Gala
también me inscribo en el deseo !
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me gusta la imagen, sí.
Abrazos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ay pues no sé, al protagonista que lo cuenta no le ha hecho demasiada gracia y con razón. Mal beso sería, si acaso es después de… agotado de tanto placer. Pero no lo parece por la decepción que se relata en parte. Un abrazo (un beso no, que igual te duermes 😉 ).
Me gustaLe gusta a 1 persona
No sé si no le ha hecho gracia. Más bien, después del amor cada uno se duerme en su propio mundo, pero abrazados. Me parece lindo…
Jaja, un abrazo para ti
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Cultureando en Barinas.
Me gustaMe gusta