En qué se parecen un lector y un espejo

No, no es un chiste. Es una idea de Marcel Proust: un lector es un espejo donde el libro se mira y adquiere una de sus formas posibles. Será por eso que lo que se me antoja leer tiene relación con mi estado de ánimo, porque tengo más ganas de encontrarme con tal o cualSigue leyendo «En qué se parecen un lector y un espejo»

La emoción asociada al acto de leer

«¿Por qué nos dedicamos a escribir después de todo? Se nos da por ahí, ¿a causa de qué? Bien, porque antes hemos leído. […] La primera lectura, la noción, subrayó, de primera lectura es inolvidable porque es irrepetible y es única, pero su cualidad epifánica no depende del contenido del libro sino de la emoción que ha quedadoSigue leyendo «La emoción asociada al acto de leer»

El escritor que leía cinco libros por semana

Los pasatiempos de un autor que respeto me generan una enorme curiosidad, porque más allá de ser una forma de «entretenimiento», resultan claves cifradas a lo que distingue su pluma. El narrador Truman Capote, muerto hace exactamente 30 años el día de hoy, dijo en entrevista a The Paris Review (1957) que lo que preferíaSigue leyendo «El escritor que leía cinco libros por semana»

Encontrarme en verbos, adjetivos

Tengo una propensión de siglos, una ebullición recurrente en las venas: es la urgencia por leer, por hallar palabras para armar sentidos, como si las generaciones que me habitan buscaran verbos y adjetivos dónde posarse para componer historias, paladear ecos, cadencias. Desde hace muchos años no hay un día que no lea. Pasan por mi escánerSigue leyendo «Encontrarme en verbos, adjetivos»