Las ventajas del futbol sobre el sexo

El futbol no me gusta. Es más, me choca. Nunca pensé decirlo, pero después de leer esto quizá debería revisar mis prioridades… «No sé si el fútbol es mejor que el sexo. Pero puedo decir que proporciona alegrías más duraderas, que las jugadas más emocionantes pueden relatarse en público sin que nadie se escandalice, queSigue leyendo «Las ventajas del futbol sobre el sexo»

Funámbula de ti

Ando al filo del día/ buscando no caer/ en las redes de tu cuerpo./ Sobre la cuerda de la tarde/ un pie y después otro/ tensan el aire/ cierran los ojos al vacío/ van avanzando./ Me aferro al balancín entre mis manos,/ al dilatado silencio que le impongo/ a mi tarea./ Pero llega la noche./ En unSigue leyendo «Funámbula de ti»

Encantada con el dios glotón

A mitad del día cierro los ojos y saboreo la noche anterior, excesiva de placer. Me veo en la mujer retratada hace miles de años por el poeta indio Vidyapati: -Amigo mío,/ ¡lo que pasó esta noche!/ La miel fue mi tortura./ Bebió mis labios,/ arañó mis pechos,/ me apretó cara a cara/ hasta dejarmeSigue leyendo «Encantada con el dios glotón»

Cuando el deseo mancha

Una gota de tinta toca el papel absorbente y de inmediato crece, se extiende, devora lo blanco, impide que vuelva a ser lo que fue. Así el deseo: en cuanto me roza se expande en todas direcciones, ensordece el resto del mundo, tenebroso. En loca carrera te vuelve sola carencia y a mí, sola deseante.   -Julia Santibáñez

Liviano pájaro de luz

Feria del Libro de Buenos Aires, pasado abril: imposible asistir, pero quien más me quiere estuvo ahí, comprando libros para él y para mí. El que más me emociona es la poesía completa de la uruguaya Idea Vilariño, una de mis favoritas. Con estos versos suyos, deliciosamente eróticos, festejo que el abrazo esperado está por llegarme: BuscamosSigue leyendo «Liviano pájaro de luz»

La primera noche de un rey

El joven rey está contento./ Magnánimo/ exculpa a dos ladrones,/ regala vino a los vasallos,/ descree negros augurios sobre el reino.//   Vaga por palacio/ y parece más alto,/ de ojos más oscuros/ (se toca los labios, como extrañado,/ y ríe para sí mismo).//   Desde ayer soy/ su cortesana.//   -Julia Santibáñez

No hay mujer ni hombre, sino un cuerpo eterno

Para terminar bien la semana (o empezarla, como se quiera), un aliento del perpetuo chileno, Gonzalo Rojas: «¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, susSigue leyendo «No hay mujer ni hombre, sino un cuerpo eterno»

El efecto de cuatro martinis

Empiezo por decir que no me gusta el martini seco. En cambio, aunque soy de poco beber me encanta el endulzado de manzana, causante de algunas noches de mareo y relajación (por usar un eufemismo). Esta digresión vale para contar que en Plegarias nocturnas, la novela de Santiago Gamboa que estoy leyendo, cierto personaje dedicaSigue leyendo «El efecto de cuatro martinis»

El viento levanta la falda de una chica…

Los astros se alinearon y hoy viajo a Bogotá a estar con quien más me quiere. En celebración comparto este poema del colombiano Flóbert Zapata (1958), sobre la onda expansiva que nace en una parada del autobús. Vale mucho la pena: «Una ráfaga de viento/ ha levantado la falda/ de una estudiante joven y hermosa/ que espera enSigue leyendo «El viento levanta la falda de una chica…»

Territorio ávido de sus besos

El día amanece esperanzado, primaveroso, instalado en el buen humor. Si la relojería se pone a punto, en pocos días mi cuerpo volverá a ser «territorio ávido de sus besos» (G. Belli). El sol lo sabe, por eso esta mañana no llega de puntillas como otros días, sino aparece sonriente en lo alto del cielo.

Cosas indestructibles que acompañan el cuerpo

Placer de sábado: ir al librero, estirar la mano sin mirar dónde cae, tomar el volumen que eligieron los dedos, abrirlo donde sea y reencontrarme con palabras alguna vez leídas y disfrutadas, marcadas de alguna forma en la página como favoritas. Es como dejar que el destino sin rostro hable en voz de un autor.Sigue leyendo «Cosas indestructibles que acompañan el cuerpo»

Una mujer atravesada entre los párpados

Empezar la mañana con este pasaje dedicado a una es arrancar el día con la piel de gallina: «No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera le diría que se vaya, pero tengo una mujer atravesada en la garganta». -Eduardo Galeano

Herida irreversible

No tenía ninguna herida irreversible/ pero rajaste mi centro,/ explorando insistente/ ahí donde no sé cómo me llamo./ Y empezó a correr el tiempo.//   Desde aquel día persigo el combate./ Fuera de él todo es fingir,/ siempre a la caza del momento/ en el que entra tu sable/ y mata/ una y otra vez.//Sigue leyendo «Herida irreversible»

Orgasmo, círculo de fuego

Para arrancar el día, un caramelo de palabras que intenta describir lo indescriptible, que busca asir la maravilla de un orgasmo: «Nos dábamos el uno al otro como dos niños aprendiendo a nadar, y nos fundíamos, y hacíamos locuras y no sabíamos de qué garganta salían los gritos… Y subíamos y explotábamos, girando en círculosSigue leyendo «Orgasmo, círculo de fuego»

Similitud entre un poema y un profiterol con chocolate

Para quienes me habían preguntado al respecto, aquí va el epílogo: tras diez días del ayuno de desintoxicación Master Cleanse ayer fue mi primer día de comida «normal», es decir, totalmente sólida aunque sin irritantes ni cosas muy pesadas. Traigo el paladar más despierto que de costumbre, así que me dedico a disfrutar a fondoSigue leyendo «Similitud entre un poema y un profiterol con chocolate»

Tengo el vicio de respirar tu aliento

Quien piensa en mí me envía el texto de esta declaración de amor, que a mí me suena la más linda que he oído jamás: Vamos a vivir, amiga mía, que esta noche la ciudad está tan fría. Vamos a vivir, se va la vida, ya no me importa, aunque digan lo que digan. QuieroSigue leyendo «Tengo el vicio de respirar tu aliento»

El décimo infierno, de Mempo Giardinelli

«Antes de leer esta novela hay que persignarse. Al finalizar, también. Una obra alucinante de Mempo Giardinelli». Así recomendó Carlos Monsiváis este texto del autor argentino (Ediciones B). Y de verdad amerita muchas persignadas. De apenas 108 páginas, es un extraordinario tour-de-force que desciende en círculos concéntricos a las profundidades del alma al límite. La anécdotaSigue leyendo «El décimo infierno, de Mempo Giardinelli»

Y las monas se aparean…

Leyendo la edición colombiana de la revista SoHo encuentro esto, de la genial pluma de Leila Guerriero. Lo comparto para que cada quien saque sus conclusiones: «Suele decirse que el apareamiento cara a cara es lo que nos diferencia como especie: que fuimos los primeros, los únicos, los últimos. Pero los bonobos —chimpancés pigmeos: monos— siempre seSigue leyendo «Y las monas se aparean…»

Canción para olvidar que es martes

Después de oír a Rita Lee y Milton Nascimento cantando esta cachondería, pasa a segundo término este ingrato día de la semana (lo juro, me pasó). Meu bem, você me dá água na boca Vestindo fantasias, tirando a roupa Molhada de suor De tanto a gente se beijar De tanto imaginar loucuras A gente fazSigue leyendo «Canción para olvidar que es martes»

Hablando de aromas y de piel

El olor más acabado/ tono de fuego/ que abre cicatrices/ manosea la sangre/ angustia los huesos/ vive acendrado/ en tu entrepierna.//   -Julia Santibáñez