Parece que esta tarde va a llover, lo que me recuerda estos versos de Malú Urriola, extraordinaria poeta chilena: «La vida de un paraguas es lamer la lluvia./ La de un poeta, la vida». Nada que añadir.
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Una mujer atravesada entre los párpados
Empezar la mañana con este pasaje dedicado a una es arrancar el día con la piel de gallina: «No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera le diría que se vaya, pero tengo una mujer atravesada en la garganta». -Eduardo Galeano
Poema en viñetas, de Dino Buzzati
Esta novela gráfica del sello Gadir está ilustrada por el propio Buzzati, quien trabajó en ella durante dos años antes de publicarla en 1969. Como conté en algún otro momento, he leído varios textos de él (El gran retrato, Un amor, El desierto de los tártaros), pero desconocía por completo sus inquietudes gráficas y meSigue leyendo «Poema en viñetas, de Dino Buzzati»
«Si no tuviera este brazo no podría hablar»
Es excepcional este poema en prosa, tiene la fuerza de quien se mueve muy a gusto entre palabras: «El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi vientre, el que hunde su mano en mi garganta paraSigue leyendo ««Si no tuviera este brazo no podría hablar»»
Herida irreversible
No tenía ninguna herida irreversible/ pero rajaste mi centro,/ explorando insistente/ ahí donde no sé cómo me llamo./ Y empezó a correr el tiempo.// Desde aquel día persigo el combate./ Fuera de él todo es fingir,/ siempre a la caza del momento/ en el que entra tu sable/ y mata/ una y otra vez.//Sigue leyendo «Herida irreversible»
Similitud entre un poema y un profiterol con chocolate
Para quienes me habían preguntado al respecto, aquí va el epílogo: tras diez días del ayuno de desintoxicación Master Cleanse ayer fue mi primer día de comida «normal», es decir, totalmente sólida aunque sin irritantes ni cosas muy pesadas. Traigo el paladar más despierto que de costumbre, así que me dedico a disfrutar a fondoSigue leyendo «Similitud entre un poema y un profiterol con chocolate»
Sentirse/ sentarse
En ti es donde mejor/ me siento.// -Julia Santibáñez
Palabras-hojas (no palabras-mármol)
Hace años, no sé cuántos, anoté este poema del gran Guillevic al reverso de una tarjeta de presentación de alguien-que-hoy-no-sé-quién-es. Ahora, mientras busco en el tarjetero un teléfono, lo leo y me deslumbra de nuevo. Con razón lo copié, con razón conservo la tarjeta. No tengo idea quién lo tradujo ni cómo se llama elSigue leyendo «Palabras-hojas (no palabras-mármol)»
Me sentí reina del ajedrez
Este poema sale de la pluma de Diana Ivonne Martínez, una joven nacida en Chiapas (1982), y resulta un gran acompañamiento para esta tarde deslavada: Desterrada Quise jugar a ser reina/ y dar jaque-mate a todo./ Al primer movimiento,/ un peón se burló de mí./ Las torres se derrumbaron./ Me abandonaron los caballos/ dejando unSigue leyendo «Me sentí reina del ajedrez»
Mujer caliente de sol
Seguro, segurísimo, De Moraes pensaba en una mujer de Copacabana cuando escribió esto tan deliciosamente erótico: Un mujer al sol es todo mi deseo,/ viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz/ y la flor de los labios abierta para el beso/ y en la piel refulgente el polen de la luz.// Una hermosaSigue leyendo «Mujer caliente de sol»
Puedo entregarlo todo por un beso
Por un beso/ apostar la piel en cada espina/ prometer las horas todas/ el mar en su conjunto/ Por esa boca infinita/ ceder la espesura/ regalar siglos a buen precio/ verter el recuerdo por la borda/ Por la lengua imaginada/ (urgencia de bálsamo)/ malversar el rocío y la canela/ transigir la fortaleza, el precipicio/ arrancarleSigue leyendo «Puedo entregarlo todo por un beso»
Lo que le pasa a mi mesa
Los poetas parecen saberlo todo, estar en todas partes, hablar con todas las personas y cosas. Por ejemplo, hace rato crujió mi mesa de madera. Juraría que Fabio Morábito, poeta, estaba aquí a mi lado y la oyó quejarse, porque radiografió lo sucedido: A veces la madera de mi mesa tiene un crujido oscuro, unSigue leyendo «Lo que le pasa a mi mesa»
Quiénes son los ángeles…
Italia es tierra de ángeles. Debe haber más por kilómetro cuadrado que en ninguna otra ciudad del mundo, o al menos así me lo parece. En cada calle uno se topa con una iglesia, una escultura, un monumento o un museo: ahí los seres alados asoman por cualquier parte. A veces adultos claramente andróginos ySigue leyendo «Quiénes son los ángeles…»
Hacer la cochinada
Mamá, escribo para advertirte:/ no vayas a hacer la cochinada/ que dijiste ayer,/ de tan mal gusto,/ tan indecente./ Aunque disimules/ se nota que tienes ganas/ pero aguanta,/ no te dejes seducir,/ no cedas,/ no cometas el pecado/ imperdonable/ de morirte.// -Julia Santibáñez
¿Qué poema te sabes de memoria?
«Me acuerdo de ‘El canto de Ulises’, el capítulo de Si esto es un hombre en el que Primo Levi rememora la plenitud que le procuraba en Auschwitz traducirle unos versos de Dante a Jean, el Pikolo, un muchacho alsaciano que guarda turno junto a él en la fila del rancho. En ese instante, nos cuenta Primo Levi, habríaSigue leyendo «¿Qué poema te sabes de memoria?»
Abrazar a 7,000 km
Cómo logro que un abrazo tibio se imponga a la distancia, que a miles de fronteras acune el cuerpo amado, lo ahogue de ternura, ahuyente el frío de sus pies. Cómo malcrío con tanta tierra de por medio, cierro los ojos a golpe de besos, cómo acaricio la frente, velo el sueño y apresuro laSigue leyendo «Abrazar a 7,000 km»
A veces los poetas se mueren
Aunque no deberían, a veces los poetas se mueren (qué falta de empatía con sus lectores, que los necesitan). Ayer se fue sin despedirse el autor mexicano Rubén Bonifaz Nuño, de 89 años. Me produce una gran tristeza que se murieran también sus dedos. Escribían versos llenitos de aire, de música, de perfumes, como estos:Sigue leyendo «A veces los poetas se mueren»
Tal vez una mañana, andando en un aire de vidrio
Por cortesía de Eugenio Montale, una poderosa cátedra de dinamita en pocas líneas: «Tal vez una mañana, andando en un aire de vidrio, árido, al volverme veré cumplirse el milagro: la nada a mis espaldas, el vacío detrás de mí, con un terror de borracho. Luego, como en una pantalla, acamparán de pronto árboles, casasSigue leyendo «Tal vez una mañana, andando en un aire de vidrio»
Paranoica de palabras
Las palabras me persiguen a diario. Brotan en lugares insospechados, dejan su aroma sin avisar, nacen a mitad de la nada. Aclaro: no se trata de meras letras sueltas, sino de versos que contienen el germen de un poema. Son minicuentos en semilla. Aquí, algunas imágenes de lo que digo, tomadas con el celular.
Qué rara soy
De que soy un bicho raro, ni quién lo dude (yo menos que nadie, claro). Lo sé desde que a los ocho años me gustaba calcar para mi papá las fotos de las constelaciones que venían en la Enciclopedia de Life o desde que a los diez me gustaba recitar en las comidas familiares: «MuySigue leyendo «Qué rara soy»
Palabras donde sentarnos y sonreír
A veces pasa: el día no amanece como esperamos, nos asesta un golpe de frío, el té no sabe tan rico, el zapato aprieta un poco más. Entonces pedimos ayuda a algún poeta y de su mano recorremos un mundo alterno, poblado de voces de colores en las que pasar el tiempo… «Hemos dicho palabras,/Sigue leyendo «Palabras donde sentarnos y sonreír»
El alto nombre de tu piel
descubrir el alto nombre de tu piel/ rumiar su balbuceo/ deletrearlo/ ante una vela a medianoche insistir/ lamerle la cadencia/ poco a poco/ saborear cada silencio/ que su acento tibio se me hunda/ que su ronco estertor se me taladre/ hasta vencer de ecos la mañana// -Julia Santibáñez
Lo que dijo el amante
Acercarme como la vez primera,/ con el azoro del conquistador bruto/ como desconociendo./ Al romper el alba/ tomar los montes de tu pecho,/ luego andar la cintura a paso quedo,/ codiciar el botín de tu vientre/ y, tras mil despojos e incursiones,/ hallar el paraje virgen de tus muslos./ Hincarme a besarlo/ y en unSigue leyendo «Lo que dijo el amante»
Vocación de unos labios
Hoy lo entendí. La genética más pura, el más hondo mandato, su gesto primigenio, el más desnudo rasgo de mis labios es besarte. -Julia Santibáñez
«Todas las noches nos salvamos de la muerte»
En algunos días saldré de viaje de amor a Chiapas, tierra mágica a la cual no he vuelto en muchos años. Como un buen augurio, recibiré ahí el año nuevo. Para viajar antes de viajar me empapo de dos de sus hijos predilectos: leo por vez primera Oficio de tinieblas, impactante novela de Rosario Castellanos,Sigue leyendo ««Todas las noches nos salvamos de la muerte»»