Vida bonita (en idioma colombiano)

Este vallenato no lo conocí en Bogotá sino en México, en casa de una muy querida pareja colombiana. Una noche lo bailamos y repetimos a voz en cuello, mil veces; cada vez que lo escucho me viene a la mente aquella reunión con amigos de las entrañas. En esta mañana fresca me apetece recordarlo ySigue leyendo «Vida bonita (en idioma colombiano)»

No hay mujer ni hombre, sino un cuerpo eterno

Para terminar bien la semana (o empezarla, como se quiera), un aliento del perpetuo chileno, Gonzalo Rojas: «¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, susSigue leyendo «No hay mujer ni hombre, sino un cuerpo eterno»

Lo que nadie me puede arrebatar

Fue mi ídolo, quise imitarla y un día la conocí en persona. Era bailarina de la compañía de danza contemporánea Ballet Teatro del Espacio (BTE). Yo, adolescente, amaba la danza y era aspirante a bailarina. Estudiaba dos horas diarias de ballet y danza; muchos sábados iba a funciones dancísticas y sí, muchas veces a verSigue leyendo «Lo que nadie me puede arrebatar»

Plegarias nocturnas, de Santiago Gamboa

«Soy humano, y nada de lo que es humano puede parecerme ajeno», dijo Terencio. Creo haber mencionado esa cita antes, la recuerdo mucho; ahora, por ejemplo, recién terminada la novela del colombiano Gamboa (Mondadori). Como Manuel, protagonista de la historia, recuerdo ese momento de la infancia cuando alguien me miró y me hizo sentir personaSigue leyendo «Plegarias nocturnas, de Santiago Gamboa»

Poner nombre a lo que duele ayuda a entenderlo

«Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar, pero debes saber que ya no hay río ni llanto»: con el poemario de ese nombre, Jorge Humberto Chávez ganó el reconocido Premio de Poesía Aguascalientes. En entrevista, habló sobre la violencia que se vive en el norte del país, leit motif de los versos premiados:Sigue leyendo «Poner nombre a lo que duele ayuda a entenderlo»

Mafalda y el Día de la madre

Debo haber tenido unos 15 años. Era 10 de mayo, es decir, Día de la madre en México. La fecha me resultaba desde entonces insoportablemente cursi, así que para romper la solemnidad le regalé a la mía esta tira de Mafalda. Aunque mi mamá tiene un montón de virtudes, el humor no se cuenta entreSigue leyendo «Mafalda y el Día de la madre»

El efecto de cuatro martinis

Empiezo por decir que no me gusta el martini seco. En cambio, aunque soy de poco beber me encanta el endulzado de manzana, causante de algunas noches de mareo y relajación (por usar un eufemismo). Esta digresión vale para contar que en Plegarias nocturnas, la novela de Santiago Gamboa que estoy leyendo, cierto personaje dedicaSigue leyendo «El efecto de cuatro martinis»

De scriptorium y poemas de memoria

Mi querido http://www.diazrullo.com me nominó de vuelta al Liebster Blog Award, de manera que aquí respondo sus preguntas (que, por otra parte, encuentro ingeniosas): ¿Una palabra asociada al bloguero? De moda (ok, son dos). ¿Tres palabras que te definan? ¡Cuidado con ellas! Independiente, curiosa, lectora. ¿Lo sabes todo de alguna persona? No. ¿Vives más en presente,Sigue leyendo «De scriptorium y poemas de memoria»

Ladrones que lean poesía

«-¿Colecciona algo? -No, lo que sí hay en mi casa son muchos libros, no hay ni dónde pararse ni sentarse, están en los libreros y en todos lados, ya no hallo dónde ponerlos, pero me encantan, cuando paso y veo el título de uno se me antoja releerlo. Si un ladrón entra en mi casaSigue leyendo «Ladrones que lean poesía»

Qué rico ser nominada

El día pinta bien y es que Crissanta me nominó hoy al Liebster Blog Award, lo que agradezco: www.crissanta.com . Cuando empecé este blog no tenía idea de lo que me esperaba. Acostumbrada a escribir y guardar lo escrito, de pronto pensé que era interesante sacar a pasear las ideas, peinarlas, presentarlas a otros ojos. Hoy, 425Sigue leyendo «Qué rico ser nominada»

La ironía de una feminista creada por un hombre

Aleida es una mujer ácida, ingeniosa. Se acerca a los 40 con tranquilidad. Le gustan los hombres pero no se fía mucho de ellos. Juega con las palabras para hablar de frente sobre sexo y pareja, en frases lapidarias como «Aunque muchos tipos son incapaces de satisfacer a una mujer, insisten en tener dos» o «EsSigue leyendo «La ironía de una feminista creada por un hombre»

No es tiempo de escandalizarse con un pezón

Estoy en el aeropuerto El Dorado, en Bogotá, de regreso a México. Pensando en la sensualidad que destila este país y en lo bello de sus mujeres me viene a la mente algo que leí hace muy poco: «A fines de los 90, Colombia se escandalizaba con un pezón, pero no con una masacre». LaSigue leyendo «No es tiempo de escandalizarse con un pezón»

El enorme riesgo de visitar Colombia

Hace algunos años, el gobierno colombiano lanzó una fuerte campaña para limpiar en el extranjero la imagen de ese país, tan lastimada por historias de guerrilla y narcotráfico. El atinado concepto era el que ilustra este post: el único riesgo que corres al visitarlo es querer quedarte en él. Ahora me encantó ver de paseoSigue leyendo «El enorme riesgo de visitar Colombia»

Catedral de sal aderezada con encanto bogotano

10 am. Catedral de Zipaquirá, a una hora de distancia de Bogotá. La iglesia fue construida en lo que antes fue una mina de sal. Increíble lo que logra el ser humano: socavar el corazón de una montaña para hacer un monumento religioso que deviene turístico. Carente de fe yo misma, no lo entiendo pero a 180Sigue leyendo «Catedral de sal aderezada con encanto bogotano»

Vida de buenas

Día a manos llenas en Bogotá. Amanecer junto a quien amo y entretener las horas cansando el cuerpo pero alimentando el amor hace una gran diferencia para lo que sigue. Luego desayunar «en colombiano» e ir a caminar a La Candelaria, barrio histórico. Entrar al Museo Botero, andar por las calles, sentir la buena vibraSigue leyendo «Vida de buenas»

La comida más cara del mundo

Diré lo que comimos: de entrada, tostones chorreados (plátano frito y machacado con salsa de jitomate y cebolla). De plato fuerte, un ajiaco y un pollo en salsa de maracuyá. Como postre, un cuajado con dulce de uchuva (queso fresco con salsa de esa fruta pequeña, dulce, con semillas pequeñas como las de la guayaba). Para beber, un canelazoSigue leyendo «La comida más cara del mundo»

Pintas bogotanas

Caminando por la calles de la capital colombiana, ciudad linda y llena de gente sonriente a más no poder, también encuentro pintas de protesta. Algunas son de sabor crudo, otras cargadas de humor, como la que está arriba de este post, en la pared de una iglesia. Una a la que me fue imposible tomarle foto resume el sentir deSigue leyendo «Pintas bogotanas»

Un suplicio y un amor

Como en la canción de Fito Páez, se vieron y se amaron. Son una pareja formada por un fotógrafo y una ejecutiva, viven en Nueva York. Se casaron hace cinco meses, aún están de luna de miel. Un día les dan un diagnóstico brutal: Jennifer padece cáncer de mama. Se miran a los ojos ySigue leyendo «Un suplicio y un amor»

«Internet: perfecto para compartir literatura»

En la recientísima Feria del Libro de Bogotá, el autor suizo Peter Stamm externó esta opinión interesante: “Internet y las tecnologías emergentes son los medios perfectos para compartir la literatura y llegar hasta donde no hay librerías. Estos elementos no son una amenaza para el futuro de la novela y la literatura, al revés. NoSigue leyendo ««Internet: perfecto para compartir literatura»»

Apología del librero-lector

Llego a la librería a buscar una novela de autor colombiano reciente, que no conozca. Quiero la recomendación de un buen librero, de esos lectores voraces que te recomiendan desde su pasión, que hacen toda la diferencia en la experiencia de lectura. Me aborda un empleado atento, le explico que ya he leído a GarcíaSigue leyendo «Apología del librero-lector»

Mi propio epitafio

Este poemita colombiano me pone de buenas: El inmortal «Soñé mi epitafio.// No tenía lápida/ ni tumba.// Era una simple nota/ pegada con cinta/ y decía:// Estoy en la biblioteca». -John Galán Casanova (Colombia, 1970)

Amarás a Dios sobre todas las cosas, de Alejandro Hernández

«Aquí puedes ganar de pelos, una lana que nunca te imaginaste. Para empezar, cinco mil pesos a la semana […] te saliste de tu país para buscar trabajo, o no. Pues aquí lo tienes, peladito y a la boca […] es trabajo sencillo, traes y llevas cosas, traes y llevas migrantes, los vigilas, ya verásSigue leyendo «Amarás a Dios sobre todas las cosas, de Alejandro Hernández»

Los escritores también fueron niños

A través de su avatar @elhombredetweed, el escritor mexicano Mauricio Montiel tuiteó hoy, Día del niño en México, fotos de 26 escritores internacionales cuando eran pequeños. Las vi llevada por la curiosidad, también por divertimento e incluso como recordatorio de que esas enormes plumas un día fueron niños fascinados con una pelota (a partir deSigue leyendo «Los escritores también fueron niños»

Encontrarme en verbos, adjetivos

Tengo una propensión de siglos, una ebullición recurrente en las venas: es la urgencia por leer, por hallar palabras para armar sentidos, como si las generaciones que me habitan buscaran verbos y adjetivos dónde posarse para componer historias, paladear ecos, cadencias. Desde hace muchos años no hay un día que no lea. Pasan por mi escánerSigue leyendo «Encontrarme en verbos, adjetivos»