Las nubes, el sabio Tepozteco, mi cuaderno de poesía sobre las piernas, mi hija dormida con cara de paz y la certeza de que necesito ser congruente conmigo misma me dan fuerza para recomenzar. Aunque no se vea fácil.
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5 a.m. Suena el despertador.
Está oscuro y hace frío. Quisiera seguir durmiendo o, al menos, quedarme acostada, pero me levanto para ir a práctica de yoga. Es un tiempo que dedico a flexibilizar el cuerpo y la mente, hacer por mí lo que nadie más puede hacer por mí. Y aunque en clase sudo, me canso y hasta sufro, al salir sientoSigue leyendo «5 a.m. Suena el despertador.»
Abrazos que hacen eco
A veces los astros se alinean y preparan un día de esos que se desbordan. Como ayer. Dicen que dijo la poeta estadounidense Maya Angelou: “La gente olvida lo que dices, la gente olvida lo que haces, pero nunca olvida cómo le haces sentir”. Ayer pude paladear esta verdad como un templo: quien más me quiere orquestóSigue leyendo «Abrazos que hacen eco»
Mi nueva vuelta al sol
Hoy cumplo 48 años, un escala más en mi personalísimo viaje de ida y vuelta. Porque sí, al final uno regresa desnudo y solo al lugar de donde salió, con la única diferencia de que lo hace cargado de historias, de abrazos. Y por las historias y los abrazos que me han tocado en suerte,Sigue leyendo «Mi nueva vuelta al sol»
Gracias a Peter Pan y a Santa Claus
Creo que lo he dicho antes. No importa, me sale de los entresijos decirlo de nuevo: hace años encontré una frase que se me volvió lema desde entonces, como palabras donde recargar el alma, en su doble acepción de «volver a cargar» y de «apoyar». Decía algo como: «No puedo hacer mi vida más larga, pero sin dudaSigue leyendo «Gracias a Peter Pan y a Santa Claus»
Ver el mundo desde una tirolesa
Ese punto que viene volando soy yo. Bueno, no exactamente vuelo: voy suspendida de un arnés, a no sé qué bendita velocidad, en una línea de 150 metros de largo y a unos 40 metros de altura según el guía del Hotel Rodavento, en Valle de Bravo, México. Este deporte extremo se llama tirolesa y no es la primera vezSigue leyendo «Ver el mundo desde una tirolesa»
El poderoso batir de un aleteo
Son millones pero minúsculas. Las mariposas Monarca, lígerísimas hojas menores que mi mano, vuelan al rayo del sol o cuando el viento las agita. Me impresiona oír su aleteo multiplicado, sutil y vigoroso, magnífico. La emoción sube por los pies y se me agua en los ojos de verlas ahí, haciendo que las ramas cuelguen pesadas o estallandoSigue leyendo «El poderoso batir de un aleteo»
Bajar el ritmo (a fuerza)
La adolescenta está enferma, con Influenza tipo B (regalo del campamento escolar en la sierra de Puebla). Fiebre, dolor de cabeza y, sobre todo, ganas de apapacho materno son los síntomas palpables. Por Fortuna detectada a tiempo y tratada ídem, la doctora dice que no tengo de qué preocuparme. Arranca nuestro tercer día encerradas en casa. EsSigue leyendo «Bajar el ritmo (a fuerza)»
La foto que aligera el alma
Ando un poco decaída. Necesito aligerarme el ánimo, colgarlo de globos y echarlo un rato a volar. Entonces recuerdo esta imagen del alemán Robert Jahns, que dice lo que me faltan palabras para expresar. Sirva de inspiración para arrancar la semana.
Carta a mi «yo» de 10 años
Gracias a mi sabia adolescenta descubro en YouTube los videos de Soulpancake, que son abrazos para el alma. En menos de tres minutos éste me emociona: varias personas comparten una carta escrita a su «yo» cuando tenía 10 años. No encontré una versión subtitulada, lo siento, pero retomo algunas frases que tocan fibras hondas: «SéSigue leyendo «Carta a mi «yo» de 10 años»
La dualidad que Rilke entendió como nadie
Otro #MiércolesDePoesía inaugura la mañana en que resuenan estos versos de Rainer María Rilke, el poeta que respiraba con la pluma y amaba las dos caras de las cosas: «Deja que te suceda lo bello y lo terrible./ Sólo hay que andar: ningún sentimiento es remoto». Muchos volúmenes caben en esas letras. PD Recomiendo muchísimo este blog antiguo deSigue leyendo «La dualidad que Rilke entendió como nadie»
Palabras que funcionan como una lámpara de mano
A veces, como hoy, una frase como ésta puede iluminar el día. Es de Viktor Frankl, creador de la logoterapia y de quien leí hace tiempo El hombre en busca de sentido. En ese libro hecho de tripas y humanidad cuenta su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz, donde estuvo preso y dondeSigue leyendo «Palabras que funcionan como una lámpara de mano»
Hay un poder en ser vulnerable (y lo quiero descubrir)
Me siento frágil. Sabe mal, va en contra de la imagen «fuerte» que quiero tener de mí, se contrapone a los mensajes de «tú puedes, muéstrate segura, no dudes». Más bien me siento débil, no quiero fingir lo que no soy, dudo mucho. Parezco las figuras del Nacimiento (Belén), que en Navidad poníamos en casaSigue leyendo «Hay un poder en ser vulnerable (y lo quiero descubrir)»
Defender la alegría a varias manos
Encontrarme con ellas cinco años después y atestiguar que la vida avanza, que es buena y que el cariño sigue intacto, a pesar del tiempo colado en medio. Me encanta verlas plenas, cada una en su mundo pero hilando trozos de vida, cariños, complicidades, como si en torno al fuego celebráramos el poderoso ritual deSigue leyendo «Defender la alegría a varias manos»
La luz se hace en las páginas de este libro
5 a.m. Estoy de ese lado del día en el que todavía es de noche. En poco tiempo saldré a clase de yoga, pero invitada por el silencio aprovecho para leer un poco. Tomo el libro de meditación que es, literalmente, mi lectura de cabecera. Lo abro donde sea: «Nuestros demonios personales tienen diversos disfraces. LosSigue leyendo «La luz se hace en las páginas de este libro»
Mi adolescenta y las palabras como anuncio de vuelo
Mi personaja, mi guerrera favorita, mi preciosa, la misma que vale su peso en oro, escribió esta frase en la pared de su cuarto: «A veces tienes que caerte para aprender a volar». Me fascina ver que usa palabras como piedras sobre las cuales poner el pie para cruzar el río, como suelo firme para no dejarse llevar por la corriente, noSigue leyendo «Mi adolescenta y las palabras como anuncio de vuelo»
Gracias al aire
Terminan los días regalados por Fortuna, en los brazos de quien más me quiere, con el cerro del Tepozteco como fondo y a cada paso la certidumbre de que si me muero ahora mismo habrá valido la pena. Agradecida hasta con el aire, la plenitud me basta para esta vida y otras dos. Es tanta que a ratos duele.
Yoga: tres años y contando
En estos días cumplo tres años de practicar yoga. Mi cuerpo y mi mente lo agradecen a todos los dioses, porque los beneficios recibidos superan los dedos de mis manos. Baste mencionar estos: mis dos hernias lumbares y yo firmamos la paz; a mi rodilla izquierda se le olvidó cómo dolerme; a mis cuarenta-y-tantos soy másSigue leyendo «Yoga: tres años y contando»
Ver al miedo a los ojos
Traigo esta historia rondando en la cabeza. Quiero entenderla, absorberla. Me parece poderosa para conectar con otros, para recordar que «soy humana y nada de lo que es humano puede parecerme ajeno», parafraseando a Terencio: «En India, un hombre quiere liberarse de las emociones negativas: ira, pereza, orgullo y, sobre todo, miedo. Lucha y lucha peroSigue leyendo «Ver al miedo a los ojos»
Buenos augurios
Recibo 2014 en este lugar sublime, delirante de verde y agua: la cascada El Salto del Meco, en San Luis Potosí. Para la tarde ya estoy en este otro (abajo): el Sótano de las Huahuas, en el mismo estado, caverna subterránea donde miles de aves se refugian para pasar la noche, en un espectáculo indescriptible.Sigue leyendo «Buenos augurios»
Mi regalo envuelto en moño
Río Verde, San Luis Potosí. De viaje con mis dos amores, mi hija y quien más me quiere, disfruto hasta lo indecible compartir días con ellos y llenarme los ojos de México entretanto. Ella y él contentos, yo fascinada, estamos hospedados en estas cabañas-rancho-invernadero (en medio de la nada) que son una aventura. Mañana iremos aSigue leyendo «Mi regalo envuelto en moño»
Mañana cinco estrellas
7:30 am. Tepoztlán, Morelos. Vista: el magnífico cerro Tepozteco, con su rostro impasible que asegura que todo está /estará bien. Oído: pajaritos y algún gallo que aún celebra el sol. Olfato: pan dulce comprado anoche en el pueblo. Gusto: ciruelas que acabo de arrancar del árbol. Tacto: clima exterior fresquito, como corresponde a la hora, ySigue leyendo «Mañana cinco estrellas»
Budista en un taxi manhatteño
Llueve en Manhattan. Mi hija y yo vamos a comer a Eataly, fusión de mercado-tienda gourmet-restaurante-panadería-quesería en el Flatiron District, fascinante recomendación de mi querida amiga Arantza. El agua nos obliga a tomar un taxi. El conductor es un dominicano de nombre Miguel, que se suelta platicando cuando nos oye hablar español. Dice que llevaSigue leyendo «Budista en un taxi manhatteño»
Mi reino por unos audífonos
«La incapacidad para gestionar los pensamientos resulta ser la causa principal del malestar. Poner una sordina al incesante estrépito de los pensamientos perturbadores representa una etapa decisiva en el camino de la paz interior. Como explica Dilgo Khyentsé Rimpoché: ‘[…] Un anciano que mira jugar a unos niños sabe muy bien que lo que sucedeSigue leyendo «Mi reino por unos audífonos»
Sonidos que regalan luz
Tepoztlán, Morelos. Vine al cumpleaños de mi entrañable amigo Pedro. Puro corazón, sensible e inmerso en una búsqueda espiritual, se vino a vivir acá hace dos años. Buscaba paz, un ritmo más sereno que el de la ciudad y lo encontró en este pueblo mágico, cargado de buena energía desde tiempos precolombinos. No me sorprende.Sigue leyendo «Sonidos que regalan luz»