Gastada por los besos, lloviente

La tarde cae, afuera llueve y quien más quiero se va lejos. Pasará un largo tiempo antes de volver a estar juntos. Toca acallar el cuerpo una vez más, acostumbrar mis labios al frío. Pongo un tango y me acuesto a oírlo. Sólo soy una mujer gastada por los besos, diría Miguel Hernández. Aquí dentro tambiénSigue leyendo «Gastada por los besos, lloviente»

El gusto del dolor y el placer

Estos versos de la poeta salvadoreña Dina Posada saben mejor si exhalan aroma de tarde y abrazos frescos. Cuánto gusto esconden por igual el dolor y el placer. Provecho. «Toma el sendero que separa mis senos resbala tu antojo por el contorno de mis caderas ágil recio hasta que el gusto te mire con dolor y te sonríaSigue leyendo «El gusto del dolor y el placer»

Poesía para tocar, de León Ferrari

Esta semana, el artista plástico Ferrari murió en la misma Buenos Aires que lo vio nacer hace 92 años. Con él se fue una expresión artística única y una voz crítica aplaudible, además de un acercamiento particular a la poesía. A éste me quiero referir. Creador de nombre internacional, cuestionador del catolicismo, crítico de los abusos de la iglesia duranteSigue leyendo «Poesía para tocar, de León Ferrari»

Espero al ángel del deterioro

Ruinas. Catedral de Antigua Guatemala. Desplomada hace siglos por un sismo, hoy es una iglesia sin bancas, deshabitada de santos, sin velas ni incienso. No se oyen cantos, apenas una voz acurrucada entre la piedra, un aliento de vida en la invasión de la hierba. Estos muros dejados a la suerte defienden su estética, la no-vertical: el deterioro tiene unaSigue leyendo «Espero al ángel del deterioro»

«En el poema existimos para siempre»

Mientras afuera llueve, aquí en mi cuarto busco fijar el conjuro de dos. Leo estos versos por los que corre sangre guatemalteca: «A mí lo que me queda es/ lo nuestro/ este amor sin arrugas/ la combustión de un cuerpo aludido/ porque no te has ido/ somos lo que permanece./ En el poema existimos/ para siempre.// A mí loSigue leyendo ««En el poema existimos para siempre»»

Celebración de la intensidad

Coactemalan, palabra indígena que significa ‘lugar de muchos árboles’, es una tierra de naturaleza sorprendente. Ahora mismo, en Antigua Guatemala, el verde inunda sin misericordia. De un lado, montañas cuajadas de árboles. Del otro, el Volcán de Agua y más allá, el Volcán de Fuego. Arriba, un cielo tapizado de nubes que no deciden si llorarSigue leyendo «Celebración de la intensidad»

Erotismo con mil años de antigüedad

Son de una dulzura incomparable, profundamente seductora, estos versos del poeta árabe-español Ibn Hazm. Fueron escritos en plena España musulmana, alrededor del año mil, pero resultan más frescos que el periódico de hoy: Me quedé con ella a solas, sin más tercero que el vino,/ mientras el ala de la tiniebla nocturna se abría suavemente./Sigue leyendo «Erotismo con mil años de antigüedad»

El escritor que sabe ‘dónde duele’

«¡Pobrecito!’, dicen los mayores cuando ven a un niño que llora y se queja de un dolor sin poder precisarlo. ‘No sabe dónde le duele’. Esto no es rigurosamente exacto. Pero, ¡qué hermoso! Hombre que malconozca su idioma no sabrá, cuando sea mayor, dónde le duele, ni dónde se alegra. Los supremos conocedores del lenguaje,Sigue leyendo «El escritor que sabe ‘dónde duele’»

Muere trágicamente un poeta

En estos días, el poeta guatemalteco Carlos Zipfel y García murió de manera terrible: calcinado al interior de su casa, al incendiarse ésta en la capital de aquel país. Yo no conocía sus versos, me acerqué a ellos al encontrar la noticia mientras revisaba notas sobre la vida cultural de Guatemala, ahora que pasaré unosSigue leyendo «Muere trágicamente un poeta»

El fornicio, en voz de Rojas

«Te besara en la punta de las pestañas y en los pezones, te turbulentamente besara,/ mi vergonzosa, en esos muslos/ de individua blanca, tocara esos pies/ para otro vuelo más aire que ese aire/ felino de tu fragancia, te dijera española/ mía, francesa mía, inglesa, ragazza,/ nórdica boreal […]» -Gonzalo Rojas, «El fornicio». Nada queSigue leyendo «El fornicio, en voz de Rojas»

«Me voy en busca de mujeres horizontes»

El que da título a esta entrada es un textito del autor mexicano Efraín Huerta, breve y lúdico, con aires de haikú, emparentado con el epigrama y de obvias influencias greguerianas (¿o gregueriescas?). Así lo definió su creador: «El poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del Metro. Es unaSigue leyendo ««Me voy en busca de mujeres horizontes»»

Dormir mal, ese mal

Otra noche de insomnio, mi mente da vueltas a velocidad Match 3 con más determinación que mis intentos por meditar. No me quejo de lo que me mantiene despierta (pienso, analizo, imagino y sí, también escribo), sino del hecho de restarme horas de sueño. Como la literatura siempre dijo antes lo que a mí me pasaSigue leyendo «Dormir mal, ese mal»

«El neologismo agranda el lenguaje»

Acaba de pasarme: necesitar una palabra, no encontrarla y construirla de inmediato. El viernes, en junta de trabajo, quiero comunicar que debemos hacer borrosa una foto y digo blurearla (del anglicismo to blur). Suena mal. Busco opciones en español. ¿Empañar? No exactamente. ¿Confundir? No, no. Se me ocurren perífrasis: hacer borroso, sacar de foco, pero busco una solaSigue leyendo ««El neologismo agranda el lenguaje»»

Toco el fondo de mi carne fiera

Amo,/ toco el fondo/ de mi carne fiera./ Sobre el lecho inflamado/ y en silencio/ te necesito,/ Eterno de quien ignoro el nombre./ Tras mamar el pecho suave/ el niño llora,/ siente no sé qué hambre callada./ Como a él, a mi otra carne,/ insaciable,/ le apeteces.//   -Julia Santibáñez

Lo que la Esfinge le dijo a las moscas

Ante esta foto del egipcio Sonbol, me solidarizo con la Esfinge en abominar a las moscas/aves, mientras de fondo resuena este poemita de Cortázar: Te tendré que matar de nuevo./ Te maté tantas veces, en Casablanca, en Lima,/ en Cristianía,/ en Montparnasse, en una estancia del partido de Lobos,/ en el burdel, en la cocina,Sigue leyendo «Lo que la Esfinge le dijo a las moscas»

«La vida, libro con las hojas arrancadas»

«palabras que se caen por no encontrar pensamientos que las sostengan» «es mentira que existan las estaciones: tú eres el que, cuando hay lugar, nievas, soleas, tumbas las hojas, floreces» Con epigramas cortos y también poemas cargados de sentido, el mexicano Rogelio Guedea deja imágenes en el aire en este breve poemario (Aldus/ Gobierno delSigue leyendo ««La vida, libro con las hojas arrancadas»»

Artista, como el menor de los pájaros

«El poeta debe aprender esto del pájaro: cantar aun con la certeza de que nadie lo está escuchando». Rogelio Guedea, Campo minado, Aldus/Estado de Colima Así de frágil pero así de necesaria es la voz del artista, capaz de hacer que salga el sol a puro golpe de música.

La definición que plagio cada día

«El amor es una amistad con momentos eróticos […] La amistad es un amor imperfecto porque le falta lo erótico. El eros es un amor imperfecto porque le falta lo amistoso, con su firme y sosegada lealtad», dice Antonio Gala en un pasaje de «Charlas con Troylo», incluido en la antología El águila bicéfala (Espasa Calpe). HaceSigue leyendo «La definición que plagio cada día»

Un verso toma la calle

Ayer, mientras manejaba en Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, me topé con este muro cubierto por un texto. Aunque la firma que se lee es Poesía del Trabajo, supongo que se trata de Acción Poética, movimiento literario-mural sobre el que hace poco escribí un post (aquí el link: http://wp.me/p1POGd-1w1 ). Hice malabares paraSigue leyendo «Un verso toma la calle»

Las muletas de Mandela

En casos de emergencia, las palabras se pueden poner bajo los brazos, estirarlas hasta que toquen el piso y recargar en ellas el cuerpo. Eso hizo Nelson Mandela durante 27 años en prisión: usó un poema de William Ernest Henley como su muleta particular. Recordé la luz de estos versos ahora que el necesario líder sudafricano estáSigue leyendo «Las muletas de Mandela»

Aprender a callar bonito

Uno puede hablar de mil maneras, en alta voz o en un susurro, echando mano de la lírica, tartamudeando o de corrido, incluso rebosante de entusiasmo (tanto, que escupa sin querer gotitas de saliva). Como me muevo con regular soltura en todas ellas, he aquí mi siguiente objetivo en la vida: «Quisiera saber callar de tan bellaSigue leyendo «Aprender a callar bonito»

De libromancia y poesía

Resulta que algo que yo hago hace años tiene un nombre rimbombante: «[el poeta Jorge Fernández Granados] tiene un pequeño ritual, que su colega Daniel Samoilovich denomina ‘libromancia’, y que consiste en que cuando no tiene tiempo para leer un libro entero de poesía, lo que hace es tomarlo, soplar y leer la página en queSigue leyendo «De libromancia y poesía»

Un amor que termina y las vías del tren

«ha sido una gran pena que este amor se termine/ siempre es una pena/ aunque el amor pensando bien no se termina/ sólo acaba esa unidad provisional de la pareja/ que tuvo una historia paralela/ como las vías de un tren/ que corren hacia el tiempo […]» -Eduardo Langagne, «Ha sido una gran pena queSigue leyendo «Un amor que termina y las vías del tren»