Noche calma. Metida en cama, releo Las Violetas son flores del deseo, novela de la autora mexicana Clavel cuya primera línea establece el tono visual de la misma: «La violación comienza con la mirada». Ricamente escrita, a ratos ilumina, otras veces desgarra. Así llego al capítulo XII, que de nuevo me sorprende: «Para que dosSigue leyendo «Condenarse por una mirada»
Archivo de categoría: literatura
Danioska y los ángeles I
Danioska y los ángeles I. La comunidad bloguera se va autodefiniendo por intereses en común, filias y fobias. En ella he encontrado amigos virtuales con los que a diario (o casi) dialogo sobre temas que nos apasionan: libros, poesía, artes plásticas, fotografía, lingüística, música… y ángeles. Aunque nunca nos hemos visto, el contacto nos enriqueceSigue leyendo «Danioska y los ángeles I»
#Cuentuitos en manojo (2)
Va una segunda entrada de cinco cuentuitos míos, es decir, pequeñas historias en formato Twitter (140 caracteres máximo). Si te gana la curiosidad, el link a la primera entrada de cuentuitos se ofrece al dos por uno: http://wp.me/p1POGd-1Jh Oler amar «Ella huele amar», dijo el amante. Acto seguido se hundió en sus olas. Por (apenas) un sonidoSigue leyendo «#Cuentuitos en manojo (2)»
El mayor temor de un poeta
En apenas unas líneas, Guillevic resume uno de los máximos temores de quien escribe versos: que en vez de fluir como agua fresca, el poema se quede atascado, quieto, huela mal. Una vez más, la poesía pone en palabras intensas lo que yo ya sabía, sin saber que lo sabía. Aquí, la versión bilingüe: BienSigue leyendo «El mayor temor de un poeta»
«El libro y el tenedor son igual de irremplazables»: Eco
«Detesto que me pregunten: ‘¿con qué personaje de sus novelas se identifica más?’. Es una pregunta banal. Tanto, que respondo: ‘Con los adverbios’». -Umberto Eco en Buenos Aires. Noviembre de 1998. El periodista Alfredo Serra está ante el italiano para hablar sobre temas diversos. Hoy me entero de ello gracias a la amabilidad de Serra, quienSigue leyendo ««El libro y el tenedor son igual de irremplazables»: Eco»
El gusto del dolor y el placer
Estos versos de la poeta salvadoreña Dina Posada saben mejor si exhalan aroma de tarde y abrazos frescos. Cuánto gusto esconden por igual el dolor y el placer. Provecho. «Toma el sendero que separa mis senos resbala tu antojo por el contorno de mis caderas ágil recio hasta que el gusto te mire con dolor y te sonríaSigue leyendo «El gusto del dolor y el placer»
Poesía para tocar, de León Ferrari
Esta semana, el artista plástico Ferrari murió en la misma Buenos Aires que lo vio nacer hace 92 años. Con él se fue una expresión artística única y una voz crítica aplaudible, además de un acercamiento particular a la poesía. A éste me quiero referir. Creador de nombre internacional, cuestionador del catolicismo, crítico de los abusos de la iglesia duranteSigue leyendo «Poesía para tocar, de León Ferrari»
Borges para coleccionistas
«Escribió Walt Whitman en el prólogo de Hojas de hierba: ‘El que toca este libro toca a un hombre’. Muchos años después, en una redacción de Buenos Aires, un grupo de periodistas se reunió para urdir un libro acerca de un hacedor de maravillas, viejo y ciego, que a los 77 años ha conseguido algoSigue leyendo «Borges para coleccionistas»
Palabras como brotes de hierba
«[…] ella inventó lo que debía decir. Con los ojos cerrados dijo en voz muy baja palabras nacidas en aquel instante, nunca antes oídas por nadie, todavía tiernas por su reciente creación -brotes nuevos y frágiles. Eran menos que palabras, sólo sílabas sueltas, sin sentido, tibias, que fluían y se entrecruzaban, fecundándose, renaciendo en unSigue leyendo «Palabras como brotes de hierba»
Espero al ángel del deterioro
Ruinas. Catedral de Antigua Guatemala. Desplomada hace siglos por un sismo, hoy es una iglesia sin bancas, deshabitada de santos, sin velas ni incienso. No se oyen cantos, apenas una voz acurrucada entre la piedra, un aliento de vida en la invasión de la hierba. Estos muros dejados a la suerte defienden su estética, la no-vertical: el deterioro tiene unaSigue leyendo «Espero al ángel del deterioro»
«En el poema existimos para siempre»
Mientras afuera llueve, aquí en mi cuarto busco fijar el conjuro de dos. Leo estos versos por los que corre sangre guatemalteca: «A mí lo que me queda es/ lo nuestro/ este amor sin arrugas/ la combustión de un cuerpo aludido/ porque no te has ido/ somos lo que permanece./ En el poema existimos/ para siempre.// A mí loSigue leyendo ««En el poema existimos para siempre»»
Mi encuentro con los nadies
Hace siglos, rostros indígenas señoreaban estas latitudes centroamericanas. Hoy, esos mismos rostros llevan herido el aplomo, cubierto como una herida que supura bajo el huipil. Algunos como Germán, vendedor de jade y hablante de lengua cakchiquel, la llevan con orgullo de acento añejo: «Aprendí español y hasta inglés pa’ vender, pero en mi casa (se habla) puro cakchiquel. A unos lesSigue leyendo «Mi encuentro con los nadies»
Celebración de la intensidad
Coactemalan, palabra indígena que significa ‘lugar de muchos árboles’, es una tierra de naturaleza sorprendente. Ahora mismo, en Antigua Guatemala, el verde inunda sin misericordia. De un lado, montañas cuajadas de árboles. Del otro, el Volcán de Agua y más allá, el Volcán de Fuego. Arriba, un cielo tapizado de nubes que no deciden si llorarSigue leyendo «Celebración de la intensidad»
El escritor que sabe ‘dónde duele’
«¡Pobrecito!’, dicen los mayores cuando ven a un niño que llora y se queja de un dolor sin poder precisarlo. ‘No sabe dónde le duele’. Esto no es rigurosamente exacto. Pero, ¡qué hermoso! Hombre que malconozca su idioma no sabrá, cuando sea mayor, dónde le duele, ni dónde se alegra. Los supremos conocedores del lenguaje,Sigue leyendo «El escritor que sabe ‘dónde duele’»
Esta autora me buscó para firmarme su libro
Abrazos y calorcito sellan mis primeros minutos en la ciudad de Guatemala. Mi pareja me encuentra en el aeropuerto, mi familia guatemalteca nos busca para comer. De todos los lugares del mundo, hoy no querría estar en ningún otro. Entre novedades, plática y recuerdos se va la comida. Luego, caminar un poco nos lleva a toparnos con una señoraSigue leyendo «Esta autora me buscó para firmarme su libro»
Muere trágicamente un poeta
En estos días, el poeta guatemalteco Carlos Zipfel y García murió de manera terrible: calcinado al interior de su casa, al incendiarse ésta en la capital de aquel país. Yo no conocía sus versos, me acerqué a ellos al encontrar la noticia mientras revisaba notas sobre la vida cultural de Guatemala, ahora que pasaré unosSigue leyendo «Muere trágicamente un poeta»
«Sobre la traducción de algunos títulos», de Monterroso
«[…] es mejor leer a un autor importante mal traducido que no leerlo en absoluto. ¿Qué le va a suceder a Shakespeare si su traductor se salta una palabra difícil? Pero existen los que no lo leen porque alguien les dijo que estaba mal traducido. […] toda traducción es buena. Pasa con ellas lo queSigue leyendo ««Sobre la traducción de algunos títulos», de Monterroso»
Escapar de todo a través de un libro
Esta maravillita la vi en el blog porquenosemeocurrio.wordpress.com Me encantó y quise rebloguearla desde allá pero fue imposible, así que la posteo desde la fuente original, en Vimeo. Se trata de la animación de un rico tema de John Mayer, realizada por Virgilio Villoresi con una antigua técnica, sencilla y limpia, filmada en vivo (nada de postproducción).Sigue leyendo «Escapar de todo a través de un libro»
El fornicio, en voz de Rojas
«Te besara en la punta de las pestañas y en los pezones, te turbulentamente besara,/ mi vergonzosa, en esos muslos/ de individua blanca, tocara esos pies/ para otro vuelo más aire que ese aire/ felino de tu fragancia, te dijera española/ mía, francesa mía, inglesa, ragazza,/ nórdica boreal […]» -Gonzalo Rojas, «El fornicio». Nada queSigue leyendo «El fornicio, en voz de Rojas»
«Gutenberg fue un vil estafador»
Para el lanzamiento de su nueva novela, El libro de los placeres prohibidos (Planeta), el escritor argentino Federico Andahazi declaró que Gutenberg no es el héroe que nos ha vendido la historia. En lugar de estar interesado en la difusión del conocimiento (¿quién puede creer que el impresor tenía ojos de futuro, para saber que suSigue leyendo ««Gutenberg fue un vil estafador»»
#Cuentuitos por manojo
Me gusta el reto de escribir un pequeño cuento en formato Twitter, es decir, en un máximo de 140 caracteres. El saber popular los llama cuentuitos. En esta pequeña recopilación van cinco que hice en esa línea. Príncipe azul La chica se atragantó de novelas de Corín Tellado, tuvo indigestión y eructó un príncipe azul. Autosatisfacción MinutosSigue leyendo «#Cuentuitos por manojo»
Libros que cobran vida
Así lo imaginé de niña y se ve que no fui la única: de noche, en la biblioteca de casa (o la librería, en este caso) los libros juegan, se prestan personajes, dialogan, ensayan nuevas portadas, bailan, cambian de idioma, se ríen de sus finales y los intercambian. En toda justicia podría demandar porSigue leyendo «Libros que cobran vida»
La omnipotencia de una lengua
«[… la lamió] con avidez, como se lamen los animales entre sí. La lengua reconoce, palpa, explora, lanza jugos, la lengua intima, transmite, viborea, abrasa, traga, juega, raspa, acaricia, recorre, supura, retrocede, avanza, golpea el paladar, se entromete entre los dientes; la lengua es un miembro activo y pasivo, pero un miembro que ambos génerosSigue leyendo «La omnipotencia de una lengua»
«El neologismo agranda el lenguaje»
Acaba de pasarme: necesitar una palabra, no encontrarla y construirla de inmediato. El viernes, en junta de trabajo, quiero comunicar que debemos hacer borrosa una foto y digo blurearla (del anglicismo to blur). Suena mal. Busco opciones en español. ¿Empañar? No exactamente. ¿Confundir? No, no. Se me ocurren perífrasis: hacer borroso, sacar de foco, pero busco una solaSigue leyendo ««El neologismo agranda el lenguaje»»
Toco el fondo de mi carne fiera
Amo,/ toco el fondo/ de mi carne fiera./ Sobre el lecho inflamado/ y en silencio/ te necesito,/ Eterno de quien ignoro el nombre./ Tras mamar el pecho suave/ el niño llora,/ siente no sé qué hambre callada./ Como a él, a mi otra carne,/ insaciable,/ le apeteces.// -Julia Santibáñez