«Prestar libros es como el amor, hay que perderle el miedo»

Se llama Martín Murillo. Lo conozco a mitad de Cartagena de Indias, en plena Plaza Bolívar. Mientras a mi novio le bolean los zapatos, yo deambulo y me topo con su Carreta Literaria, isla de libros a medio parque. Fascinada, me acerco a conversar. De barba cana y playera con logotipos de sus sponsors (sic), desde hace siete años se dedicaSigue leyendo ««Prestar libros es como el amor, hay que perderle el miedo»»

Me regalaron una ciudad

Hoy vuelo a Bogotá y de ahí a Cartagena de Indias, «la más bella del mundo» según El amor en los tiempos del cólera de García Márquez, para unos días fuera del mundo. Desde mis tiempos de universidad tengo ganas de ir. Su historia colonial, la muralla que guarda ecos de esclavos y españoles, susSigue leyendo «Me regalaron una ciudad»

#Cuentuitos en racimo (4)

Aquí van tres cuentos míos brevísimos. Son de la era Twitter, es decir, divertimentos en 140 caracteres. Deshacer el amor Empezaron haciendo el amor como nadie. Al final deshicieron el amor como todos. Historia de unos lentes Cuando se quitó los lentes empezó a ver borroso, pero a las gafas se les aclaró la mirada.Sigue leyendo «#Cuentuitos en racimo (4)»

La lujuria se hace palabra

Siglo XVI, Italia. El poeta Pietro Aretino hace versos en torno a dibujos eróticos de Giulio Romano, pintor y alumno de Rafael, o a la inversa: Romano ilustra versos de Aretino. El tema es que sacan una edición ilustrada, I Modi, y aunque el tiro se destruye por orden papal, alguna referencia sobrevive, que llega hasta nosotros.Sigue leyendo «La lujuria se hace palabra»

Leer, placer multitonal

Me encuentro este cartón por azar (¿no lo son todas las cosas?) y me fascina la planta que crece en la cabeza del lector. Aunque soy usuaria y disfrutaria de las redes sociales, no me han deparado el placer que he sentido con uno solo de mis libros porque, como lo señala el escritor AlbertoSigue leyendo «Leer, placer multitonal»

«Habítame, penétrame»

Ya que es domingo, propongo un culto en el que los fieles repitan este poema de Gelman con ojos entrecerrados. Por lo pronto, empiezo yo misma con el ritual. Oración «Habítame, penétrame./ Sea tu sangre una como mi sangre./ Tu boca entre a mi boca./ Tu corazón agrande el mío hasta estallar./ Desgárrame./ Caigas enteraSigue leyendo ««Habítame, penétrame»»

Fito Páez: para ser músico es buen novelista

Se lanzó en Argentina en junio del año pasado, pero hasta que la conseguí y la leo puedo decir que sí, es una novela con todas sus letras. Habituado a paladear sabores nuevos, hace tiempo el cantante probó suerte con el cine (Vidas cruzadas, 2001). Ahora dice que trabajó tres años en La puta diabla, esta historiaSigue leyendo «Fito Páez: para ser músico es buen novelista»

Dolérseme todo, hoy

Hace exactamente 30 años, la risa de mi papá se hizo rebanada de aire. Injustamente arrebatado, me dejó el mayor hueco entre los brazos, que a pesar de la pátina del tiempo sigue siendo inabarcable. Estas palabras del poeta Joaquín Vásquez las hago mías porque sí, papá: tengo tantas cosas que decirte, no te imaginas.Sigue leyendo «Dolérseme todo, hoy»

Aunque sea de oro se rompe

Recientemente entrevisté a un arqueólogo mexicano y, al acercarme a través suyo a las culturas prehispánicas, recordé estos versos hallados por los conquistadores. Son del poeta náhuatl Netzahualcóyotl (1402-1472), muerto antes de la llegada de Hernán Cortés a suelo azteca. Su hondura llena de perfumes este #MiércolesDePoesía. «¿Acaso de veras se vive con raíz enSigue leyendo «Aunque sea de oro se rompe»

Cortázar de 12 años

Este breve anécdota la contó a sus alumnos de Berkeley. Al transcribirla me da ternura ese Cronopio pequeño, lector entusiasta y «vividor» de la fantasía, que años más tarde daría a luz un Axolótl: «[…] Una vez le presté una novela a un compañero de clase a quien quería mucho. Debíamos tener doce años y laSigue leyendo «Cortázar de 12 años»

Fabio Morábito y su pluma (otra vez) nueva

«[…] Se sacó ella misma los senos, que quedaron fuera del sostén, pesados como dos animales marinos varados en una playa». En línea y media, Fabio Morábito detiene el tiempo de nuevo. Emilio, los chistes y la muerte (Anagrama) es la primera novela del autor nacido en Alejandría y avecindado en México, poseedor de mis afectosSigue leyendo «Fabio Morábito y su pluma (otra vez) nueva»

15 segundos para contestar

Las adivinanzas son de mis juegos de lenguaje favoritos. Pequeñeces de bodegón, se presumen cuando vienen visitas: rompen la respuesta en fragmentos, algunas son ingenuas y otras juegan con el doble sentido (sexual pero no sólo), unas son auténticos haikús. Tienen larga historia en este suelo: en su Historia general de las cosas de la NuevaSigue leyendo «15 segundos para contestar»

Como gata boca arriba

Hoy, #MiércolesDePoesía, estos versos de la nicaragüense Gioconda Belli ponen en palabras lo que quiero decir. «Te quiero como gata boca arriba,/ panza arriba te quiero,/ maullando a través de tu mirada,/ de este amor-jaula/ violento,/ lleno de zarpazos/ como una noche de luna/ y dos gatos enamorados/ discutiendo su amor en los tejados,/ amándoseSigue leyendo «Como gata boca arriba»

Dos minutos que cambian el día

Da click aquí para oír la grabación; una vez en la página de Descarga Cultura ve hasta abajo de la página y elige «Bellísima». En poco más de 120 segundos, un poeta le da sentido a 24 horas. Aquí el recién premiado Eduardo Lizalde, con su voz de Júpiter tronante, lee los versos de «Bellísima»,Sigue leyendo «Dos minutos que cambian el día»

Cortázar y los cuentos de bisontes

«La narrativa del cuento, tal como se lo imaginó en otros tiempos y tal y como lo leemos y lo escribimos en la actualidad, es tan antigua como la humanidad. Supongo que en la cavernas, las madres y los padres les contaban cuentos a los niños (cuentos de bisontes, probablemente)». -Julio Cortázar, Clases de literatura.Sigue leyendo «Cortázar y los cuentos de bisontes»

Márai: el escritor que no fue profeta

Un escritor, solo y deprimido, se da un disparo en el paladar. Se llama Sándor Márai. Es el 21 de febrero de 1989. Avecindado en California, dicen que estaba muy dolido por la muerte de su esposa y su hijo adoptivo. Además, 40 años antes había emigrado a EUA desde Hungría, tras la llegada del régimenSigue leyendo «Márai: el escritor que no fue profeta»

Ver el mar de cabeza

Una amiga me manda esta imagen, que me pone a pensar. Plantarme frente a lo habitual de modo diferente, desde un ángulo nuevo, con mirada infantil, como sugiere esta imagen: ¿no es lo que intenta el artista? Picasso dijo haberse tardado toda una vida en aprender a pintar como niño, creo que a eso seSigue leyendo «Ver el mar de cabeza»

Escritores captados in fraganti

Él vino del Cono Sur cargado de fiesta. Pero no sólo. En su maleta también venía este libro invaluable de Sara Facio (1932), testigo de la historia argentina en años convulsos y autora de la foto favorita de Cortázar. Publicado por Ediciones La Rivière en 2012, el volumen es exquisito. La piel se pone delgada conSigue leyendo «Escritores captados in fraganti»

Cuando cierras un buen libro

Esto tuiteó hoy Liniers, cartonista (y genio) argentino, desde su cuenta @porliniers. El texto que acompañó la tira fue: «Hoy terminé de leer Disecado, de Mario Bellatin». Lo único que yo podría añadir es los nombres de incontables libros con los que me he sentido exactamente así, pero mejor no ensucio su cartón.

El cuerpo, sola patria

Abren el día estos versos, que se acercan a lo que entre dos obnubila. «[…] Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,/ bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,/ cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,/ boca del horno donde se hacen las hostias,/ sonrientesSigue leyendo «El cuerpo, sola patria»

Cuento en dos palabras

Por casualidad me topo con esto y me fascina (literalmente). Ese «¿puedes verme?» lleva un cuento al foro de la vida diaria, abre una puerta a otra realidad, todo en dos palabras. Lo voy a hacer, sin duda, y contaré aquí lo que suceda. PD Ésta es la traducción, por si alguien ocupa: «La próximaSigue leyendo «Cuento en dos palabras»

Por qué el mundo necesita a los «raros»

Los biógrafos de artistas encumbrados suelen construir una imagen sublime de las últimas palabras de aquellos, por ejemplo, el «¡Más luz!» de Goethe o el «Dios ayude a mi pobre alma», atribuido a Allan Poe. Inconforme con esas versiones oficiales, Johannes Richter se dedicó a desmitificar esas imágenes grabadas en mármol. «Detractor de los aforismos deSigue leyendo «Por qué el mundo necesita a los «raros»»

Ocio, indispensable para el poeta: Paz

«[…] Yo me siento sobre todo un poeta. Eso es lo que yo quiero ser. No sé si lo sea. Lo central para mí es la poesía. Pero al mismo tiempo creo que un poeta que escribe poesía todos los días se expone a escribir muchas tonterías. Hay que dejar la poesía para los mejoresSigue leyendo «Ocio, indispensable para el poeta: Paz»